Revista Cultural Digital
ISSN: 1885-4524
Número 72 – Otoño 2023
Asociación Cultural Ars Creatio – Torrevieja

 

Estamos viviendo unos tiempos convulsos, en un mundo en el que encontrar rastros de valores morales como el respeto, la educación, la solidaridad o la bonhomía son cada vez más difíciles de hallar.

Y, ¿cuál es la causa de esta regresión?, ¿hay posibilidad de recuperar esos valores?, ¿podríamos volver a saludar cortésmente, decir buenos días, adiós, te quiero, alegrarnos con los éxitos de nuestros semejantes y sufrir con sus penas y fracasos?

Sí, estamos convencidos de que ello es posible, sólo tendríamos que, utilizando un lenguaje actual, reiniciar nuestro cerebro y nuestra manera de ser, pero para conseguirlo es necesario que el sistema educativo que a nivel mundial nos forma intelectualmente se reinicie también.

Llevamos algunos años, demasiados quizás que, al menos en nuestro país, se han ido reduciendo de manera paulatina y a un ritmo demasiado acelerado, las Humanidades de los planes de estudio en beneficio de las Ciencias, principalmente de las tecnológicas, y no es que yo considere que deba ser lo contrario, sino que si a los humanos nos reducen la capacidad de pensar en beneficio de la capacidad de analizar, terminaremos siendo absorbidos por las nuevas tecnologías, acabaremos convirtiéndonos en unos tecnócratas, muy preparados, eso sí, pero reduciendo nuestra capacidad intelectual de raciocinio a lo que nos ordene una máquina.

Las ciencias nos hacen avanzar y las humanidades nos hacen razonar, y no concibo un mundo sin la una o sin la otra. Ambas son necesarias, imprescindibles para que los humanos sigamos siendo humanos, para que partiendo de un razonamiento adecuado, podamos analizar libremente cuál es el futuro que queremos dejar a los que nos sucederán.

Hace ya muchos años, en 1968, se estrenó una película épica, de culto, de ciencia ficción; 2001: Una odisea del espacio. En ella, su director Stanley Kubrick, basándose en una novela del científico británico Arthur C. Clarke, nos advierte de las consecuencias que para el mundo puede llegar a tener una errática evolución humana, la tecnología no controlada o la inteligencia artificial «humanizada». En un viaje espacial tripulado, los astronautas son ayudados por una supercomputadora de última generación, HAL-9000, que gobierna la nave utilizando inteligencia artificial y que se rebela, engaña y llega a crear intencionadamente situaciones de peligro que produce la muerte de algunos de los astronautas. Cuando el único superviviente descubre las maniobras asesinas de la computadora, procede a desconectarla y esta se manifiesta emocionalmente suplicando compasión y pidiendo no ser desconectada.

No, no creemos que la ciencia llegue a dominar totalmente al hombre, pero para ello es necesario que le demos más importancia a lo humano, a las humanidades, a la capacidad de raciocinio y de filosofar para no ser eliminados por las tecnologías.