Revista Cultural Digital
ISSN: 1885-4524
Número 71 – Verano 2023
Asociación Cultural Ars Creatio – Torrevieja


Editorial

El verano, el estío, ya está aquí. Una estación luminosa, resplandeciente, calurosa por supuesto, muy recomendable para realizar actividades al aire libre, practicar deporte, bajar a los valles, subir a las montañas, vadear los ríos. Pero el verano, sin el mar, sería mucho menos verano.

También se puede aprovechar el largo y cálido verano para relajar nuestros cuerpos y nuestras mentes, echarse una buena siesta, leer a la sombra de un buen árbol o en cualquier otro lugar en el que estemos cómodos y fresquitos. También escuchar música, escribir (¿por qué no?) un relato para el concurso literario «Una imagen en mil palabras», pintar, dibujar, ir al cine, al teatro, a festivales... Pero el verano, sin el mar, sería mucho menos verano.

Y viajar, qué bello y qué gratificante es viajar, en coche, en tren, en avión, con amigos, con la familia, conocer nuevos lugares o revisitar otros que nos fueron placenteros, enriquecernos como personas, a la vez que degustamos platos típicos y diferentes, observar otras formas de vivir, recorrer calles, avenidas, jardines, museos, monumentos, realizar visitas guiadas que amplíen nuestros conocimientos de forma amena. Pero el verano, sin el mar, sería mucho menos verano.

El mar cubre más de dos tercios de la superficie de nuestro planeta Tierra. Pero el mar está amenazado, muy amenazado. La contaminación, la basura, los plásticos, la sobreexplotación de los recursos marinos, la sobrepesca, la pérdida de biodiversidad y, sobre todo, esa hidra de diez mil cabezas que llamamos cambio climático, ponen en peligro al mar. Intentar salvarlo debe ser un objetivo de todos. Las instituciones y las personas tienen, tenemos, que dar prioridad a que sobreviva el mar. Porque si sobrevive el mar, sobreviviremos también la especie humana, los animales y las plantas. El verano, como cualquier otra estación, puede ser momento idóneo de ponerse manos a la obra. Y como el verano también es tiempo de habaneras, qué mejor manera de concluir este editorial con un fragmento de la letra de una muy especial, creada por Joaquín Madurga Oteiza: «Si se muere el mar, morirá la brisa, y sin ella la vida no podrá respirar. Si se muere el mar, morirá el poema de ilusiones que arrullan cada despertar, de esperanzas que alumbran nuevo despertar».

Posdata: Basta ya de parsimonia, ¡salvemos la Posidonia!