Revista Cultural Digital
ISSN: 1885-4524
Número 19 – Verano 2010
Asociación Cultural Ars Creatio – Torrevieja

Dijo Orson Welles en cuanto al hecho de escribir:
"Lo peor es cuando has terminado un capítulo y la máquina de escribir no aplaude".


Estamos en el número 19 de nuestra publicación cultural, y sin duda se ha recorrido un fructífero camino. Si algo hemos aprendido en este tiempo es que se necesita de un instante para comenzar una obra, aunque el lenguaje que utilizar sea el relato, la poesía, un artículo o un cuadro, incluso escribir las notas en un pentagrama. Sólo un instante para comenzar a comunicarse. Más tarde, y desde este espacio, se ofrece la opción de “contar” al mundo ese trabajo, desde estas páginas (virtuales). Aunque sabemos por propia experiencia que es necesario una gran dosis de valor para introducirse en el mundo de “la creación”.
Cuando decidimos ir en busca de la creatividad, nos encontramos frente a un bosque misterioso donde, con frecuencia, no sabemos qué vamos a encontrar, en ocasiones escuchando una voz interior que nos lleva hacia lo que sentimos únicamente nuestro: la escritura, pintura, música, etc; al tiempo que nos preguntarnos: ¿quién habla? Y entonces surge la magia de tus manos, en tu imaginación, brotando de lo más profundo de tu ser. Sencillamente, todo comienza con esa idea. Aunque a esto los técnicos lo llamarían un problema mal planteado. A diferencia de ellos, se sabe que la creación artística es la solución a ciertos problemas. Lo extraño es que el autor no sabe realmente cuál es el problema que resolver; se puede tener una intuición, un presentimiento de algo que se escapa y que el artista va captando en el transcurso de la creación.
Sin duda, el proyecto de crear es una apuesta por la “idea” intacta, no manipulada, ni comunicada por dioses. Idea como parte de la capacidad creativa. Esto se da en ciertas personas con una particular visión. Aunque no es necesario crear a un Alonso Quijano que llene las páginas de un manuscrito. De hecho, desde que Cervantes lo creó, D. Quijote ha tenido que demostrar si su locura existía o era sencillamente genialidad. Cuestión sobre la que tuvo que reflexionar, frente a los suyos, incluso en su lecho de muerte.
Estas páginas virtuales (creo que esto ya lo he dicho) es cuanto disponemos para mostrar la genialidad del escritor, la sensibilidad del poeta, la visión del fotógrafo, los descubrimientos de los técnicos, la plasticidad del pintor… Y lo dejaremos aquí. Genialidad que nos une, y que de no compartirla se quedaría en “el sueño de una noche de verano”. Compartamos ese sueño de la creación, y que sean otros los que se vean beneficiados de él. Permítannos despedirnos con unos versos de Pablo Neruda:

No puedo
quedarme sentado.
Hasta luego.
Mañana nos veremos.
Hoy tengo muchas
batallas que vencer.
Hoy tengo muchas sombras
que herir y terminar.