Encrucijadas

El destino es el que baraja las cartas, pero nosotros somos los que jugamos (William Shakespeare)

 

La vida nos enfrenta a decisiones de todo tipo. La naturaleza —siempre cuando debe— o las coyunturas —a veces cuando no— nos van situando en momentos a partir de los cuales hemos de elegir, descubriendo así ese inmenso y apasionante océano, con sus calmas y sus temporales, llamado Libertad.

Si cualquier decisión acarrea una renuncia, hay unas en que lo que menos afecta es la incertidumbre ante el acierto o el error. Son aquellas decisiones cuya ejecución lleva aparejada la seguridad de que no habrá ni acierto ni error verificable, porque la renuncia, tanto en uno como en otro sentido, será especialmente dolorosa.

Con este número 18, Ars Creatio comienza una nueva etapa. El océano Libertad está siendo surcado, con los principios como brújula y la conciencia como timón, por distintos barcos cuyos tripulantes compartían hasta hace muy poco cubierta y horizonte. Unos tripulantes que seguirán contándose historias cuando arriben a un puerto común. Unos tripulantes que, quizá, cuando recuerden los no tan viejos tiempos, le rogarán a la vida —además de otras cosas importantes— que, a ser posible, no vuelva a situarlos ante una decisión sin acierto ni error verificable.