El doce no parece a priori un número muy elevado. Sin embargo como todo en este mundo, eso es muy relativo. De hecho si pensamos en el doce en término de olimpiadas nos damos cuenta en seguida de que la cantidad de años que han transcurrido si que son muchos. Por eso quiero aprovechar este espacio para, de forma breve, dar las gracias a la gente que ha hecho posible que la revista digital Ars Creatio haya llegado hasta el número doce, con toda su relatividad incluida.

Siempre he pensado que la revista Ars Creatio pertenece a sus colaboradores. Son ellos los que de verdad hacen posible que este sueño que en su día fue Ars Creatio se cristalice, se haga materia, sea real. Son ellos los que con su constancia, su creatividad, su ilusión puesta en cada palabra que escriben, en cada verso que encadenan, en cada fotografía, en cada cuadro, en cada portada, en cada artículo de investigación van cimentando cada uno de los números, hasta doce, de esta quimera trufada de realidad.

Insisto en cada una de las presentaciones ( y estoy seguro de que muchos de los presentes en ellas pueden dar fe de ello) en el hecho incuestionable de que la revista Ars Creatio es patrimonio de los creadores. Y fue esta idea la que nos impulsó hace ya unos años a unos cuantos (muy pocos al principio) aficionados a escribir a plantearnos la posibilidad de crear un espacio donde las palabras guardadas en los cajones fueran desempolvadas, revisadas y pulidas para que todo el mundo pudiese leerlas. Y es que todo el que escribe desea ser leído. Si no es así, además de no ser un escritor de verdad sería un egoísta. La letra vive en la retina del prójimo.

Gracias a todos por vuestra generosa aportación, por enseñarnos, por hacernos ver la luz, por donarnos aquello que ya nunca más os pertenece y que es patrimonio de vuestros lectores.