En un lugar del Sureste español, de cuyo nombre sí quiero acordarme, Torrevieja, no ha mucho que se había constituido una asociación, de las de sin ánimo de lucro, nobles objetivos, amor a las artes y pasión por difundir la cultura en su sentido más amplio. La publicación de una revista digital, así como la organización de concursos literarios, constituía parte de sus señas de identidad. También desarrollaba actividades vinculadas a la divulgación científica, conferencias sobre temas locales, recitales de poesía y lecturas dramatizadas. En las fechas en que su agenda iba a permanecer ociosa, igualmente se lanzaba a montar todo tipo de eventos relacionados con la música, el teatro, la pintura, el patrimonio, la naturaleza y todo lo que se movía en su entorno geográfico y vital.

Por la fecha en la que se escriben estas líneas, tenía esta asociación una presidenta, la cual se apoyaba en una junta directiva y en un numeroso equipo de amigos y colaboradores, tanto particulares como institucionales, que se desvelaban, con mucha afición y gusto, en mayor o menor pero siempre generoso grado, por mantener viva y muy activa la llama de la razón de ser por la que fue un buen día creada. Fruto de tantos desvelos, de tantos esfuerzos personales y colectivos, unas veces reconocidos y otras no tanto, este ilusionado grupo conseguía estar presente a lo largo de todas las estaciones, en la vida cultural de sus conciudadanos.

La meritada asociación era conocida bajo el nombre de Ars Creatio, y en el tiempo de pergeñar esta editorial, frisaba la saludable y fecunda edad de diecinueve años. Y con la determinación del caballero andante más grande que vieron los tiempos, con la esperanza y la promesa de seguir dando continuidad a esa maravillosa aventura, damos la bienvenida al número setenta y cinco de la Revista Cultural Digital de Ars Creatio, correspondiente al verano del año de nuestro señor de 2024. Que vuesas mercedes la apoyen, la lean y la disfruten, para mayor gloria y reconocimiento de cuantos en ella han escrito.