Editorial

 

Los veranos son cada vez más tórridos; el calor, cada vez más asfixiante; las noches, ¡ay, las noches!, cada vez más tropicales. Ante este desolador panorama, me viene a la mente el reclamo del heladero, en los meses de estío, que situaba su carrito de madera pintado de blanco con detalles en verde, a los pies de una esquina de la escalinata que daba acceso al Mercado Municipal de Abastos de la ciudad en la que viví mi infancia y mi juventud; una infancia creo que feliz, y una juventud creo que con más matices.

—¡Al rico helado! ¡Al rico helado! —voceaba el señor Félix, todo vestido de blanco, y con un gorrito muy gracioso, también de color white. Y yo, al verlo y oírlo al volver de la escuela, suspiraba por sus refrescantes polos, el de menta, mi favorito. Gracias a la generosidad de mis padres, mi hermano mayor y yo podíamos comprar y degustar (o mejor dicho, chupar) un polo al día, y de vez en cuando, eso era ya la bomba y el despiporre, nos tomábamos un limón, léase granizado.

Aquellos helados del señor Félix eran nuestra mejor defensa para refrescarnos frente al calor del mediodía. Y en la actualidad, en este año de gracia de 2025, o de desgracia, según lo mire cada cual, buscamos, más que nunca, defendernos del sofocante calor. Y lo mismo que los helados, con su gama de sabores, nos pueden refrescan el cuerpo, las actividades culturales, igualmente con su gama de «sabores», nos pueden refrescar la mente o el espíritu. Y a eso, precisamente a eso, con toda la modestia del mundo mundial, aspiramos y nos dedicamos la familia de Ars Creatio (socios, colaboradores, amigos...). Y como para muestra basta un botón, en la presentación de la revista digital de Ars Creatio número 79, ¡ahí es ná!, ofrecemos unas refrescantes «Escenas de humor». Y tenemos más «sabores» que ofrecer a la gente inquieta de esta nuestra ciudad, «sabores» que venimos ofreciendo a lo largo de todo el año: recitales de poesía, rutas teatralizadas, ciclos de conferencias, certámenes literarios infantil y de adultos, semanas de la ciencia, presentaciones de libros, colaboraciones con entidades sociales y culturales, obras de teatro... Siempre que podemos, «no nos perdemos charamitazo».

Disfrutemos, pues, como enanos, como queramos, o como podamos, del verano, de los helados, de las actividades culturales y de la vida a nuestro alrededor. Y disfrutemos también, ahora toca sacar pecho, de la celebración del luminoso y refrescante vigésimo aniversario de nuestra asociación, Ars Creatio, pensada y repensada para hacer de Torrevieja un sitio más refrescante.

Hasta aquí una andadura cultural de veinte años de fructífero y gratificante recorrido. Aunque no tengan ninguna duda, amables lectores, de que ¡lo mejor está por llegar!