Ojo que iluminas el mundo

con resplandor, en las alturas,

calor das a todas las criaturas

desde ese gran Centro fecundo.

Ciegas al mirar fijamente

y tu calor siempre convida,

ayúdame, orienta mi vida

y da más brillo a esta mente.

Quiero alcanzar esos anhelos,

me encuentro en una gran ceguera,

indícame tú la manera

de yo alcanzar más altos vuelos.

Esta vida que en mí desmaya,

como Centro, Nuevo Sistema,

un axioma sin dilema

doquiera que mi azar vaya.

Sumida estoy en este infierno,

siento una terrible amenaza,

es una vida que no alcanza

y me produce daño interno.

Abrasa empujando sin querer

destino que caminas irreal,

quiero encontrar vida ideal

intentando mi vida rehacer.

Eres el centro de esperanza,

implora el mundo tu reluz,

sin ti me inclino más a la cruz,

emites tus rayos de lanza.

Sistema solar que das vida

en tu entorno estoy cautiva,

del que formo parte activa

do me encuentro protegida.

Signa con calor el camino,

culminar esto es lo que deseo

para final de ese gran paseo

quisiera ser su peregrino.

Vida de diferente forma

poder vivir, sonreír, no llorar,

noche y día me obliga a orar:

así intento recobrar la norma.

Eterna ansia de felicidad,

a ti ¡oh Sol! hoy te imploro,

Tú que deslumbras como el oro,

traza la senda de mi verdad.

(del poemario Espejo vital)