Revista Cultural Digital
ISSN: 1885-4524
Número
38 – Primavera 2015
Asociación Cultural Ars Creatio – Torrevieja

SINGULARIDAD DE LAS LAGUNAS DE TORREVIEJA Y LA MATA
Si te dicen que hay una laguna de agua rosa, ¿te lo creerías?
Para la mayoría de los que vivimos junto a ella, habituados a su exótico color, parece que hemos dejado de sorprendernos por tan excepcional y bella imagen. Porque sí, efectivamente, existe una laguna rosa en Torrevieja y, junto a ésta, la laguna verde, la Laguna de La Mata.
Cuando visito con mis alumnos o amigos la Laguna de Torrevieja, les pregunto: ¿por qué tiene este color? Y doy cuatro opciones: la primera, porque hay bichos de color rosa en el agua (al oír ésta, todos se echan a reír); la segunda, porque el Ayuntamiento echa un cubo de pintura todas las semanas (y siguen riéndose); la tercera, porque coge el color de las nubes (aquí comienzan a elucubrar); y, finalmente, la cuarta opción: el lecho de la laguna está constituido por un limo arcilloso de color sonrosado, y la reacción suele ser: «¡ahora sí, ésta es la buena!», y entonces me río yo.
Para ser algo más exactos, el color rosa del agua de la Laguna de Torrevieja es el resultado de un peculiar ecosistema que comienza en unas halobacterias rojizas, cuyo pigmento las protege de las radiaciones solares. Las microalgas de su entorno adquieren este mismo color, para luego ser devoradas por una especie de crustáceo, la Artemia salina, a la que a su vez se comen tan ricamente los flamencos, que después defecan en la laguna, cerrando este “círculo rosa”.
No menos apasionante resulta la historia de la laguna. En el siglo XIV el Concejo de Orihuela pidió al monarca convertirla en una albufera de pesca, o sea, lo que hoy podríamos llamar una piscisfactoría (para tal efecto se tardó más de un siglo en construir lo que hoy conocemos como el Canal del Acequión). Tras el fracaso del proyecto y la desecación de la laguna, volvió a ser explotada directamente por el que habría de ser su único dueño legal, la Corona de Aragón (actualmente el Estado español).
Uno de los hitos en la historia de la explotación salinera fue la puesta en marcha de un sistema de producción nuevo y único, ideado primero por José de Salamanca y, después, ampliado por Sergio Suárez a mediados del siglo XIX. Con el objetivo de hacer más rentable la producción, cambiaron el sistema de extracción en seco tradicional por un sistema en húmedo, que consistía en no dejar que se evaporara completamente el agua, manteniendo una profundidad de unos 30 cm., para que pudieran flotar y navegar las barcazas en las que se depositaban las lajas de sal extraídas del fondo a mano. Más tarde, se mecanizó esta extracción manual con un tractor oruga, que arrancaba las lajas de la capa superior con una cuchilla basculante.
La ingeniosa forma de extracción en húmedo es un unicum. En palabras de Ana Campo Muñoz, bióloga, antropóloga, técnico mediambiental de la Consellería, gran conocedora del Parque y apasionada por el lugar: «No hemos encontrado ningún otro lugar donde la sal se extraiga con este sistema».
Las barcazas, ya cargadas, se dirigían a la zona de lavaderos. Con el paso del tiempo, pasaron de estar impulsadas con pértigas o con velas a que las máquinas tirasen de las barcazas, formando un llamativo «tren flotante».
Fueron muchas las innovaciones técnicas introducidas pero quiero resaltar que la laguna se alimenta desde 1972 con lejías saturadas en cloruro sódico (o sea, una salmuera), aportadas a través de una tubería de 52 km desde el yacimiento salino de Pinoso. En la actualidad, la laguna de La Mata recoge agua del mar a través de su canal, que, gracias a la evaporación, aumenta su salinidad en un 30%. Después pasa a la de Torrevieja, donde aumenta un 100% y, finalmente, gracias a las aportaciones desde Pinoso, aumenta hasta un 300% con respecto al agua del mar. Las Salinas de Torrevieja son unas de las mayores productoras mundiales de sal, recolectando unas 800.000 toneladas al año.
Y qué decir de la Laguna de La Mata, otro enclave realmente singular. Diferentes culturas han estado vinculadas a la extración de la sal. Está documentada la presencia de fenicios, romanos y andalusíes. Junto a ella surgió el poblamiento de La Mata, lugar donde la acción antrópica ha determinado el paisaje en múltiples detalles. Lo comprobamos en la creación de las redondas o en la plantación de diferentes cultivos: higueras como alimento calórico y para dar sombra; algarrobos para obtener alimento para el ganado (habitual en otros tiempos); granados para frenar los vientos; chumberas para recolectar higos (de la cochinilla que la parasita se obtiene tinte rojo); y en la plantación y explotación de las barrillas para la obtención de sosa. La plantación de pinos contribuyó a evitar la colmatación de la laguna, es decir, a que ésta se rellenase de sedimentos y desapareciera como humedal.
En la laguna, además, se siguen realizando actividades agrícolas. Muchas de las cepas de las viñas que se cultivan aquí son del género Vitis vinifera, siendo de las pocas que sobrevivieron, en toda Europa a la plaga de filoxera del siglo XIX. Los suelos arenosos, característicos del lugar, se derrumban cuando la oruga de este insecto trata de construir túneles hacia la raíz de la viña para alimentarse de su savia. En la actualidad, siete familias materas continúan elaborando sus propios vinos de formas muy particulares.
Además de ofrecer un espacio recreativo, podemos admirar en la laguna verde una fauna y una flora insólitas por la compleja adaptadación a las severas condiciones de sequía y salinidad. J. A. Pujol Fructuoso, doctor en Biología, afirma: «La vegetación de saladar obra un milagro de incalculable valor ecológico y pasiajístico», sin olvidar que el comercio de la sosa fue fundamental en la actividad comercial de Murcia y Alicante en los siglos XVII y XVIII: «No podemos sospechar la larga historia depositada en estas humildes plantas». Encontramos especies endémicas, originales y sorprendentes, como las siemprevivas, que expulsan la sal por las hojas, o como la orquídea abejera o de espejo, que adopta la forma de una abeja.
El pasado 2 de febrero fue el Día Mundial de los Humedales y se editó un documental, cuyo enlace os dejo aquí, con el que podréis comprender en imágenes la belleza del lugar:
https://www.facebook.com/averaves?pnref=story (por gentileza de Averaves)
El Parque Natural de las Lagunas de La Mata y Torrevieja es ZEPA y LIC, es decir, zonas con un rango de protección especial que otorga la Unión Europea por la presencia de aves y de comunidades vegetales de singular relevancia y en peligro de extinción. Con El Hondo y Santa Pola se forma un triángulo de humedales incluidos en la Lista Ramsar por su importancia internacional en términos de ecología, botánica o hidrología.
Todos los lugares turísticos eligen un símbolo de identidad, su joya más valiosa, para atraer a los visitantes. Un ejemplo muy cercano es el de Elche, donde exhiben el Patrimonio de la Humanidad que realmente ni siquiera tienen físicamente: la Dama de Elche (que actualmente se conserva en el Museo Arqueológico Nacional en Madrid). En Segovia tienen el acueducto por bandera, y así podríamos seguir con otras ciudades. En Torrevieja se venden sus playas y se divulgan eventos populares como el Carnaval y la Feria de Mayo, religiosos como la Semana Santa, o culturales como el Certamen de Habaneras y Polifonía. Sin embargo, los visitantes que llegan a Torrevieja, ¿conocen la existencia de una laguna rosada? ¿O de la verde? ¿Encuentran bolsitas de sal como souvenir? La verdad es que, cuando se realizan las visitas escolares, sólo se acercan al Centro de Interpretación y a la pinada de La Mata.
Un aspecto a tener en cuenta por su trascendencia es la propiedad de las lagunas. Mayoritariamente se encuentran dentro del actual municipio de Torrrevieja, pero nunca han pertenecido a éste ni ha disfrutado de los beneficios directos de su explotación. Sin embargo, el origen del poblamiento de Torrevieja es consecuencia de la emigración de gentes que vinieron a trabajar en la explotación salinera. En el caso de la poblacion de Torrelamata, su origen está determinado por la explotación de la sal en su laguna y, además, por la pesca y por el cultivo de viñas en sus aledaños (explotación en régimen de concesión, no de propiedad). Con el tiempo, el desarrollo de la actividad comercial y pesquera del puerto y el desarrollo turístico se han convertido en las claves para entender por qué se vive más de cara al mar y de espalda a las lagunas.
Se ha anunciado recientemente la puesta en marcha de visitas guiadas en tren a las Salinas. Éste sí es un paso hacia la progresiva toma de conciencia sobre el valor del patrimonio al que nos referimos. Es el camino a seguir, aunque, ¡ojo!, que no se trata de masificarlas con las visitas o proponer macro-proyectos. Aquí conectaríamos con otro tema conflictivo: el cuestionable modelo turístico en la costa levantina.
El pasado mes de febrero, el catedrático de la Universidad de Alicante Gregorio Canales Martínez ofreció una conferencia en Orihuela en este sentido, titulada "Usos del territorio y modelo turístico en el litoral del Bajo Segura", sobre nuevos conceptos y planteamientos turísticos, pero ya hace muchos años que el torrevejense José Fernando Vera Rebollo, en una conferencia ofrecida en el Casino de la ciudad, planteaba una propuesta turística diferente y una puesta en valor de las lagunas siguiendo modelos europeos.
Somos muchos los que sentimos que las Lagunas de Torrevieja y La Mata deben ser la seña de identidad de la ciudad. En su singularidad se aúnan valores únicos de carácter paisajístico, climático, ecológico, histórico y cultural, y debemos garantizar su futuro. En este sentido, se están realizando numerosas iniciativas desde la propia dirección del Parque. Por ejemplo, la conferencia ofrecida por Ana Campo Muñoz sobre la historia y la «no historia» de las viñas y de sus gentes; las jornadas de limpieza con voluntarios y amigos del parque; o las marchas familiares en bicicleta. También están trabajando en nuevos proyectos para conseguir un mayor nivel de protección y reconocimento del sitio. Esperemos que den pronto resultados con el apoyo de las instituciones públicas y de una ciudadanía que viva las lagunas y, por tanto, de un pueblo consciente de poseer un gran tesoro.
Ya saben: conocer, comprender y valorar nuestros tesoros más cercanos.
Mi agradecimiento a Carolina Martínez López por la cesión de imágenes, a Patricio Morales Pérez por la cesión de sus fotografías, a José Manuel Botella García y a Juan Antonio Pujol Fructuoso por sus aportaciones.
PARA SABER MÁS:
ARS CREATIO IV Ciclo de Conferencias Torrevieja y el Mar 2011.
CENTRO DE INTERPRETACIÓN DEL PARQUE NATURAL LAGUNAS LA MATA-TORREVIEJA
MARTÍNEZ LÓPEZ, C. 1998. Las salinas de Torrevieja y la Mata: Un estudio histórico a través de sus recursos naturales, industriales y humanos, Instituto Municipal de Cultura Joaquín Chapaprieta, Ayuntamiento de Torrevieja.
Portal de Bibliotecas Valencianas
MINISTERIO DE HACIENDA 1972. Las salinas de Torrevieja y La Mata, Gráficas rey. Portal de Bibliotecas Valencianas
MUÑOZ HERNÁNDEZ R. 2013. De la Marquesa a los Montesinos, Ayuntamiento de Los Montesinos. En pdf.
PUJOL FRUCTUOSO, J.A. 2003. Guía de flora del Parque Natural de las lagunas de La Mata y Torrevieja, Instituto Municipal de Cultura Joaquín Chapaprieta, Ayuntamiento de Torrevieja.
SALA ANIORTE, F. 2013. Las salinas, la sal y el puerto de Torrevieja. Con fecha de 8.3.15
VILLAR, J, B, (Director edición), El mar y Torrevieja: Estudios geo-históricos, Murcia: Servicio de Publicaciones de la Universidad; Torrevieja: Instituto Municipal de Cultura “Joaquín Chapaprieta Torregrosa”, 1997. Portal de Bibliotecas Valencianas