Revista Cultural Digital
ISSN: 1885-4524
Número 38 – Primavera 2015
Asociación Cultural Ars Creatio – Torrevieja


Entre las nubes siempre sale un rayo de sol que ilumina la oscuridad, y eso nos ha pasado a nosotros en nuestra navegación de casi 60 años.

Cuando éramos unos críos... Porque éramos unos niños, ¿recuerdas?

Teníamos tú diecisiete y yo catorce. Entonces pasaban nubecillas muy fugaces. Conforme crecíamos las nubes pasaban más despacio; pero como éramos mayores con un suave beso, a escondidas, las dejábamos pasar.

En plena juventud, llegaron nubes más oscuras. Esto fue debido al crecimiento de nuestros hijos, y sobre todo con la ancianidad de nuestros padres. Seguimos capeando temporales cómo podíamos. Algunos fueron difíciles, pues siempre acababan de la misma manera, con el final de las personas queridas.

Los hijos encauzaban su camino y a veces los desencauzaban y los volvían a encauzar. Todos nos fuimos acoplando a las situaciones que la vida nos ofrecía, mejores o peores, pero siempre juntos.

Después hemos tenido etapas de tranquilidad, sin muchas nubes ni tormentas, podría decirse de tiempo apacible, con buena mar. Fuimos suegros y abuelos, y eso te ayuda a vivir.

Hoy por hoy, 23 de febrero de 2015, día de tu cumpleaños (como tú dices, tres cuartos de siglo), hace un día soleado. No sabemos cómo acabará. Si nos lo proponemos, será maravilloso: juntos y solos. Y no dejaremos que al sol lo tape ninguna nube. Y te digo, amor mío, que a pesar de todo te cantaría éste bolero: «¡Toda una vida estaría contigo! No me importa en qué forma, ni cómo ni cuándo, pero junto a ti».

Fueran ochenta o noventa años más, juntos dignamente; me da mucho miedo pensar otra cosa.

Es una vida como la de muchos, pero ésta es una pincelada de la nuestra.