Si alguna vez mis pasos
me llevaran inesperadamente
a recorrer mares del infinito,
te propongo me esperes
a la vuelta de la esquina,
allí me apearé cuando regrese…
Montada en el Unicornio blanco
que resopla por los riscos
entre luminiscentes nubes,
voy a cabalgar con las estrellas
de espacios siderales, y al alba,
pillaré el derrotero del Lucero…
Cuando el letargo de la noche
abrace al planeta con su manto,
la luna arropará mi sueño
hasta que comience a espabilarse
el nuevo día, desperezado con el sol,
y brillen los trémulos colores...
Si alguna vez corrieras por la grama
y el perfume de mil florecillas
te envolviera con cadencias,
agitaré las ramas más cercanas
para que sus hojas te fascinen
al descender, con sutil donaire...
Anímate, porque en mis andanzas
exploraré la grandeza del universo,
las brisas rizarán mi cabellera,
el radiante febo atezará mi cuerpo
como si un día reposara allá en la playa,
y con gozo, me deslizaré con los alados...
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