Revista Cultural Digital
ISSN: 1885-4524
Número
35 – Verano 2014
Asociación Cultural Ars Creatio – Torrevieja

¿Qué es la ruta de los centinelas?
¿Una locura? ¿Un camino? ¿Una carrera? ¿Una ilusión? ¿Una historia? ¿Un reto?
La ruta de los centinelas es todo eso y mucho más...
¿Una locura? Seguro.
Desde el primer día en que hablé de ella todo el mundo decía: "¡Estas loco!".
Pero a renglón seguido cada uno buscaba cómo participar de ella, de una u otra manera y de formas que a mí no se me habrían ocurrido. Una locura, una “dulce” locura contagiosa. Y como dice Bombín: para sobrevivir en este mundo haría falta estar loco..., pero afortunadamente nosotros estamos completamente... ¡locos!
¿Un camino? También.
Situémonos en la Segunda Guerra Púnica, en la primavera del año 209 a. C. En la antigüedad, la idea de camino sería bastante vaga si pretendemos establecer éste como una vía única donde moverse. Son como una senda en la cual cada uno va haciendo su trazado y a base de múltiples repeticiones se van dejando marcadas nuestras huellas. Sin embargo, estas vías han sido siempre el vehículo imprescindible para la difusión de las ideas y para la comprensión de nuestra verdadera historia. Hablamos de la Vía Heraklea, el Camino de Aníbal, la Vía Augusta... Un camino que hemos trazado siguiendo las huellas de Hércules, de Aníbal, de Escipión y... ¡cuando un loco coge un camino...!
¿Una carrera? Por supuesto.
Una carrera no competitiva, sino solidaria, un pulso con uno mismo y con el camino. Una carrera por la supervivencia, tan real y tan imaginaria como se quiera. Lo importante no es alcanzar la meta sino mantener el ritmo, respirar, sentir el camino en tus pies, el viento en la cara, la sal en los labios, los arañazos en la piernas y el polvo sobre la piel..., sentir..., ¡sentirse vivo!
¿Una ilusión? ¡Una no! ¡Muchas!
Tiene los ingredientes necesarios para que cada uno se sienta ilusionado con su papel; con la recreación, con la reivindicación, con el gesto, con el esfuerzo...
¿Una historia? Volvamos a la Segunda Guerra Púnica.
Los carthagineses ocupan la península y su gran fortaleza reside en Kart-Hadast (Cartagena), la forma de establecer el control sobre el territorio se ejerce mediante un buen sistema de atalayas fortificadas.
Estas torres o atalayas se llamaban Torres de Aníbal, como dice Plinio (libro 2, cap. 61), y desarrollan en Iberia dos papeles, a saber, de atalayas y de refugio; y como están en alto se preparan las ciudades con los avisos, por lo que dice no ser fácil en este país el tomarlas por sorpresa. También Livio (XXII, 19, 6) hace mención a estas torres.
Cuando en la indicada primavera Escipión inicia su operación relámpago sobre la futura Carthago Nova, y franqueando el Sinus Ilicitanus con sus 25.000 infantes y su caballería mientras Lelio desplazaba su flota con el mismo objetivo, bien pudo ser avistado por cualquiera de estas pequeñas guarniciones y sus señales luminosas o sus rápidos centinelas emprenderían esta loca carrera por la supervivencia. Aun a sabiendas de que no serían capaces de evitar la batalla.
¿Un reto? Sin lugar a dudas.
El próximo día 25 de septiembre de 2014 recrearemos el avistamiento desde la torre del Moro, de la columna con las legiones de Escipión, y se pondrá en marcha el sistema de torres. Los ejércitos carthagineses se encuentran a una distancia suficiente como para no alcanzar a tiempo la ciudad, pero esto no evitará el empeño de los centinelas en dar aviso, siempre vigilantes, y refugio a todo aquel que lo necesite. De este modo, el día 26 partirán desde la Torre Vieja dos centinelas (al menos de momento) y cubrirán la distancia que les separa de Cartagena, encendiendo a modo de vestigio de lo que un día fueron las torres de Cabo Roig, de la Horadada, Derribada, del Rame, del Negro, ascenderán por la rambla del Miedo hasta las Minas de la Unión para finalmente alcanzar los sillares de la antigua Muralla Púnica de Cartagena. Donde de nuevo se recreará el aviso a la Guarnición de Kart-Hadast, un muro de hombres que frente al de piedra esperarán a los conquistadores romanos.
Éste es el reto.
El simil: la diabetes. Gracias a SODICAR, la Sociedad de Diabéticos de Cartagena y Comarca, en cada torre pregonaremos los centinelas una advertencia para mantenerse siempre vigilantes, para asumir nuestro reto, romper barreras y demostrar que no hay límites, y decir a todos los diabéticos y quienes no lo son que: ¡en esta batalla el único enemigo es la diabetes, y el único héroe... eres TÚ!
Os mantendremos informados sobre este original reto y expresamos nuestro agradecimiento a todos los que hasta ahora se han volcado en el proyecto, aunque sabemos que serán muchos más: Federación de Tropas y Legiones de las Fiestas de Carthagineses y Romanos, Tropas de Aníbal, SODICAR, Mírame Teatro, Ars Creatio, Peña MTB Neumáticos Torrevieja.
Pronto tendréis noticias nuestras.