Revista Cultural Digital
ISSN: 1885-4524
Número
35 – Verano 2014
Asociación Cultural Ars Creatio – Torrevieja

En estos días, cuando oímos o leemos la palabra “epidemia” en algún medio de comunicación, solemos pensar en un virus como el Ébola y en imágenes de algún país africano. En cambio, si la palabra “epidemia” va acompañada de las palabras “sociedad moderna”, entonces pensamos en algo como la obesidad, o el colesterol, o alguna dolencia cardiaca. Es decir, tenemos la sensación de que las epidemias causadas por enfermedades infecciosas son algo que sólo afecta a lejanos países subdesarrollados y que no parece que vayan a afectarnos.
Pero lo cierto es que en las sociedades occidentales también hay epidemias de enfermedades infecciosas y éstas no paran de crecer a pesar de que no se hable de ellas. Recientemente, el Centro Europeo para la Prevención y el Control de las Enfermedades (ECDC por sus siglas en inglés) ha publicado el informe epidemiológico sobre enfermedades de transmisión sexual (ETS) de origen bacteriano en Europa durante el año 2012. Y sus resultados son algo preocupantes.
Quizás el lector se haya hecho una pregunta obvia: ¿por qué se publican los datos del año 2012 y no los del 2013? Por una razón muy sencilla: se tarda todo un año en recopilar y analizar la ingente cantidad de datos generados en el año anterior. Así que en el 2015 se publicarán los datos correspondientes al año 2013, datos que se están analizando mientras escribo esto. Evidentemente sería mucho mejor tener esos datos analizados cuanto antes, pero eso depende en gran medida de la cantidad de recursos y dinero que se destina a ese objetivo. Y las enfermedades de transmisión sexual, aunque preocupantes, no son las únicas que deben de ser combatidas.
Volvamos al informe. ¿Qué es lo que nos dice? En primer lugar, nos presenta las cuatro enfermedades que han sido estudiadas: clamidias, gonorrea, sífilis y linfogranuloma venéreo. Y a continuación nos informa de que todas ellas han ido creciendo en los últimos años, extendiéndose entre diferentes grupos de población sin importar la edad, el sexo o la orientación sexual. Lo más preocupante es que muchas veces estas enfermedades producen síntomas leves y pueden pasar desapercibidas, por lo que las autoridades sanitarias no pueden poner en marcha medidas de prevención y contención. También es preocupante el hecho de que el grupo de adolescentes jóvenes adultos es uno de los grupos claves en la diseminación de estas enfermedades, seguido del grupo de hombres homosexuales y bisexuales. Una característica de ambos grupos es la facilidad con la que cambian de pareja, lo que favorece la transmisión. Sin embargo, cada una de estas enfermedades se ha ido extendiendo de forma distinta entre las diferentes capas de la población.
Clamidia
Durante el año 2012 se diagnosticaron 385.307 nuevos casos de infecciones por la bacteria Chlamidia trachomatis en los 26 países de la Unión Europea. En comparación, las infecciones de VIH diagnosticadas en ese mismo período de tiempo fueron 29.381, trece veces menos. Esta bacteria es un parásito que se introduce en el interior de las células, crece dentro de ellas y al final las destruye liberándose y volviendo a empezar su ciclo. Esta bacteria infecta a las células epiteliales presentes en las vías sexuales y generalmente causa una uretritis (inflamación de la uretra), aunque en hombres puede llegar a afectar a la próstata y los testículos, y en mujeres las trompas de Falopio causando esterilidad. Hay un dato curioso: el 84% de los casos se dieron sólo en cuatro países: Dinamarca, Noruega, Suecia y el Reino Unido. Esto puede ser debido a que los tests y pruebas diagnósticas son diferentes en esos países, y por lo tanto detectan esta enfermedad de manera más eficaz que en otros. La infección por clamidida es la ETS que se da con mayor frecuencia en mujeres que en hombres. Un 51% de los casos son mujeres heterosexuales, frente a un 37% de hombres heterosexuales y un 6% de hombres homosexuales. En cuanto a los grupos de edad, el 68% de las infecciones se dieron en el grupo de adolescentes y jóvenes adultos (entre 15 y 24 años de edad).
Chlamidia trachomatis en el interior de una célula humana (fuente: Wikipedia)
Gonorrea
Es la segunda ETS por número de casos: 47.387. Pero aquí lo preocupante es que la incidencia de esta enfermedad ha aumentado un 68% desde el año 2008. Y lo peor es que muchos de esos casos diagnosticados son causados por cepas resistentes a los antibióticos. Esta enfermedad se diagnostica con una frecuencia tres veces superior en hombres que en mujeres, siendo el grupo más afectado el de hombres homosexuales y bisexuales (un 41% de los casos). En cuanto a las edades, el grupo de 15 a 24 años de edad es el más afecado (otro 41%).
Neisseria gonorrhoeae, la bacteria causante de la gonorrea (fuente: Online Textbook of Bacteriology)
Sífilis
El ECDC hace una distinción entre los casos de contagio de sífilis y los casos de sífilis congénita (aquellos en los que la enfermedad se ha transmitido de la madre al hijo, de los cuales sólo se han diagnosticado 91). En cuanto a contagios, hay declarados 20.803 casos, lo que supone un incremento con respecto a los datos de 2008, que en algunos países ha llegado a ser del 50%. También en este caso la incidencia en hombres ha sido mayor que en mujeres, sobre todo en el colectivo homosexual y bisexual (48% de los casos); pero, a diferencia de las anteriores enfermedades, el 85% de los casos se dan en personas mayores de 25 años.
Treponema pallidum, el patógeno causante de la sífilis (fuente: Wikipedia)
Linfogranuloma venéreo
Esta enfermedad también es producida por Chlamidia trachomati, pero es una cepa distinta a la que causa la uretritis. En este caso la bacteria es capaz de traspasar la capa de células epiteliales y llegar a los nódulos linfáticos de las ingles y de ahí al recto, causando una inflamación bastante dolorosa. Se han diagnosticado 830 casos, lo que representa un incremento del 17% con respecto a las cifras del año 2011.
¿Qué es lo que recomienda el ECDC ante esta situación? Pues lo primero de todo, mejorar los sistemas de vigilancia epidemiológica de los países miembros. Lo segundo, que se realicen campañas de prevención y concienciación para que la sociedad conozca los riesgos y peligros. Las ETS son un grave problema de salud pública, problema que se complica más por el hecho de que quienes padecen estas enfermedades son estigmatizados por la sociedad, y para evitarlo no suelen acudir a los servicios sanitarios hasta que es demasiado tarde. Ese muro de silencio lo único que consigue es que estas enfermedades, que parecían olvidadas, vuelvan a crecer entre la población.
Bibliografía:
ECDC Surveillance Report 2011: Sexually transmitted infections in Europe.
http://www.ecdc.europa.eu/en/publications/Publications/sexually-transmitted-infections-europe-surveillance-report-2012.pdf