Revista Cultural Digital
ISSN: 1885-4524
Número 30 – Primavera 2013
Asociación Cultural Ars Creatio – Torrevieja

Carles Riba: Destellos de poesía pura

(parte 1ª)

La poesia tot just ha començat

i és plena de virtuts inconegudes.1

(Joan Maragall)

¡...la adversidad podría
quitarme el triunfo, pero no la gloria!

(Salvador Díaz Mirón)

Carles Riba, por Antoni Tàpies (1952) Carles Riba  

 

Que un adolescente de diecisiete años, apenas finalizado el bachillerato, publique una traducción de un texto latino no es habitual. Que ese texto sea una obra poética, como las Bucólicas, de Publio Virgilio (siglo I a. C.), todavía es más excepcional. Pero sabemos que, en 1911, éste fue el bautismo editorial de Carles Riba (Barcelona, 1893-1959). Y es que, además del talento del joven, el latín, hace un siglo, era, afortunadamente, lengua de cultura viva y no lengua muerta para la conversación como algún malintencionado quiere interpretar hoy.

    Égloga primera de las Bucólicas, de Publio Ovidio Marón

Lluís Llach

Viatge a Ítaca, disco de L. Llach (1975)

En la actualidad, menos insólito es conocer a un poeta por medio de la música, por medio de una canción. Así conocí, en mi juventud de universitario valenciano, en 1975, la palabra y el verso de Carles Riba. Para mi sorpresa, descubrí a dos poetas en uno: al griego Konstantin Kavafis (Alejandría, 1863-1933) y al traductor de su obra, Carles Riba. La música y la voz de aquel inolvidable poema era la del siempre admirado Lluís Llach (Gerona, 1948). Y la canción (el poema), “Ítaca”, cuyo texto –como regalo de bienvenida– ofrecemos en catalán (la versión de Riba) y en castellano:2

Ítaca


I
Quan surts per fer el viatge cap a Ítaca,
has de pregar que el camí sigui llarg,
ple d'aventures, ple de coneixences.
Has de pregar que el camí sigui llarg,
que siguin moltes les matinades
que entraràs en un port que els teus ulls ignoraven,
i vagis a ciutats per aprendre dels que saben.
Tingues sempre al cor la idea d'Ítaca.

Has d'arribar-hi, és el teu destí,
però no forcis gens la travessia.
És preferible que duri molts anys,
que siguis vell quan fondegis l'illa,
ric de tot el que hauràs guanyat fent el camí,
sense esperar que et doni més riqueses.
Ítaca t'ha donat el bell viatge,
sense ella no hauries sortit.
I, si la trobes pobra, no és que Ítaca
t'hagi enganyat. Savi, com bé t'has fet,
sabràs el que volen dir les Itaques.

II
Més lluny, heu d'anar més lluny
dels arbres caiguts que ara us empresonen,
i, quan els haureu guanyat,
tingueu ben present no aturar-vos.
Més lluny, sempre aneu més lluny,
més lluny de l'avui que ara us encadena.
I, quan sereu deslliurats,
torneu a començar els nous passos.
Més lluny, sempre molt més lluny,
més lluny del demà que ara ja s'acosta.
I, quan creieu que arribeu, sapigueu trobar noves sendes.

III
Bon viatge per als guerrers
que al seu poble són fidels,
afavoreixi el déu dels vents
el velam del seu vaixell,
i malgrat llur vell combat
tinguin plaer dels cossos més amants.
Omplin xarxes de volguts estels,
plens de ventures, plens de coneixences.
Bon viatge per als guerrers
si al seu poble són fidels,
el velam del seu vaixell
afavoreixi el déu dels vents,
i, malgrat llur vell combat,
l'amor ompli el seu cos generós,
trobin els camins dels vells anhels,
plens de ventures, plens de coneixences.

Ítaca


I
Cuando salgas a hacer el viaje hacia Ítaca,
has de rogar que sea largo el camino,
lleno de aventuras, lleno de conocimiento.
Has de rogar que sea largo el camino,
que sean muchas las madrugadas,
porque entrarás en un puerto que tus ojos ignoraban,
[has de rogar] que vayas a ciudades a aprender de los que saben.
Ten siempre en el corazón la idea de Ítaca.

Has de llegar a ella, es tu destino,
pero no fuerces nada la travesía.
Es preferible que dure muchos años,
que seas viejo cuando fondees en la isla,
rico de todo lo que habrás ganado haciendo el camino,
sin esperar a que [Ítaca] te dé más riquezas.
Ítaca te ha dado el hermoso viaje,
sin ella [sin Ítaca] no habrías salido.
Y, si la encuentras pobre, no es que Ítaca
te haya engañado. Sabio, como muy bien te has hecho,
sabrás lo que significan las Ítacas.

II
Más lejos, tenéis que ir más lejos
de los árboles caídos que os aprisionan,
y, cuando los hayáis ganado,
tened bien presente no deteneros.
Más lejos, siempre id más lejos,
más lejos del presente que ahora os encadena.
Y, cuando estéis liberados,
volved a empezar nuevos pasos.
Más lejos, siempre mucho más lejos,
más lejos del mañana que ya se acerca.
Y, cuando creáis que habéis llegado, sabed encontrar nuevas sendas.

III
Buen viaje para los guerreros
que a su pueblo son fieles,
favorezca el dios de los vientos
el velamen de su barco
y, a pesar de su viejo combate,
tengan placer de los cuerpos más amantes.
Llenen redes de queridos luceros,
llenos de aventuras, llenos de conocimiento.
Buen viaje para los guerreros
si a su pueblo son fieles
favorezca el dios de los vientos
el velamen de su barco
y, a pesar de su viejo combate,
el amor llene su cuerpo generoso,
encuentren los caminos de viejos anhelos,
llenos de aventuras, llenos de conocimiento.

     

Carles Riba (Barcelona, 1893-1959), hijo de un antiguo oficial carlista, escultor y miembro del grupo de la progresista y catalanista revista “L’Avenç” (‘Avance’, 1881-1893), acaba el bachillerato habiendo aprendido alemán y latín de manera excelente. Estudió Derecho, por imperativo familiar, y se doctoró en Letras, por vocación.3 Desde muy pronto, ya era un buen conocedor de las lenguas clásicas (griego y latín). Siempre contó con el apoyo de su familia en la carrera literaria que emprendió desde jovencísismo. De hecho, la financiación de aquellas Bucólicas, de Virgilio, en lengua catalana, en 1911, salió del bolsillo de su padre. En 1916, a los veintitrés años, contrae matrionio con la poetisa Clementina Arderiu, unos cuatro años mayor que él. Trabajó como profesor en la Escuela de Bibliotecarias, de Barcelona, entre 1916 y la guerra civil, y colaboró en el Instituto de Estudios Catalanes (IEC) en la fase preparatoria y la confección del Diccionario general de la llengua catalana, junto a Pompeu Fabra (1932), cuya obra filológica continuó con solvencia.

Manuscrito de Carles Riba del prólogo de la segunda edición del Diccionari general de la llengua catalana de Pompeu Fabra, firmado en Cadaqués, en septiembre de 1954, como presidente de la sección filológica del IEC.

Viajó por varios países de Europa para perfeccionar los idiomas, ampliar sus estudios y acercerse a sus culturas: Italia (1920), Alemania (1922-1923), Grecia (1927)... Riba se corvirtió en un prolijo y exquisito traductor al catalán; sin embargo, debido a que se sentía poeta, por encima de cualquier actividad, le irritaba que le dijeran que su traducción de la Odisea, del griego Homero (c. siglo VIII a. C.), era más importante que toda su obra poética.

     

Carles Riba, maestro de la traducción

· Autores clásicos: Jenofonte, Esquilo, Eurípides, Sófocles, Plutarco y, sobre todo, Virgilio y Homero

· Autores modernos: el alemán Hölderlin, el griego Kavafis, el checo Rilke y también Poe, Kafka, Scott y Gogol

Tras la guerra civil española se exilió en Francia (1939-1943).Tuvo que ir cambiando su residencia por la presión de la invasión alemana durante la Segunda Guerra Mundial: vivió en Bierville, en La Isla de Adán (París), en Burdeos y en Montpellier.

Antes de concluir la contienda de la Segunda Guerra Mundial, en 1943, declina continuar su exilio en México, y consigue volver a Barcelona: aunque con muchas suspicacias por parte del régimen franquista, su maestrazgo cultural crece. Riba fue, ante todo, un hombre apasionado, noble e íntegro. Algo alejado de la primera línea política, se erigió en el guía de las nuevas generaciones: incluso logra despertar el interés por la literatura catalana en algunos 

intelectuales y artistas del resto de España.4 Hospitalario y buen contertulio, organizaba reuniones dominicales en su domicilio con escritores y artistas. Sin duda, Riba es, hoy, uno de los intelectuales mejor valorados de la cultura contemporánea. Más que un polemista

Un dream team de la cultura catalana de mediados del siglo XX. De izquierda a derecha: S. Espriu, Tomàs Roig i Llop, Joan Vinyoli, Maurici Serrahima, persona desconocida (medio tapada), Carles Riba –es el sexto–, Benguerel, J. M. de Sagarra, Miquel Estradé, Carles Soldevila, Lluís Valeri, Josep Miracle, Frederic Udina Martorell i Ramon Muntanyola.

frívolo o dogmático, fue un edificante “dialéctico de la razón y de la verdad”, como lo retrató Josep Pla en su “Homenot” (Homenots [‘Hombretones’]. Primera serie, 1969). El barcelonés representa la culminación del proceso de revitalización y universalización de la cultura catalana iniciado por los modernistas: «La poesía fue para él un hecho de cultura que, como tal, exige un sustrato de conocimientos que abrazan desde la lingüística hasta la historia literaria, pasando, con frecuencia, por la filosofía» (J. M.ª Castellet y Joaquim Molas).


   

Concepto ribiano de la poesía

 

Carles Riba y Josep Carner (Barcelona, 1884-Bruselas, 1970) son los máximos exponentes del noucentisme (‘novecentismo’) catalán. El afán por el mundo clásico y la obra literaria de cuidada estilística y de pulida estructura también abrió a ambos las puertas de los movimientos europeos. El políglota Riba, en concreto, conectó, en primer lugar, con el simbolismo.

El simbolismo es el movimiento literario que, desde la Francia finisecular del XIX, se proyecta en Europa como renovación de la gran revolución romántica que había surgido, especialmente en Alemania, a principios de ese siglo. La escuela simbolista reacciona contra los valores del materialismo y del pragmatismo de la sociedad industrial, reivindicando la búsqueda interior y la verdad universal:5


· el regreso a la experiencia emotiva y estética íntima de la individualidad

· el rechazo de los temas públicos y políticos, con escasas referencias patrióticas

· la supresión de enlaces discursivos y de fatua retórica ornamental

· ausencia de narración y descripción tradicionales en la poesía

Carles Riba reelabora, en años posteriores, estas ideas –de ahí el nombre de postsimbolista– obsesionado por la perfección formal del poema y la depuración lingüística (en el catalán floreciente y prestigioso de la época). Sus guías más feraces serán Mallarmé y Hölderlin. Especialmente la lectura y la traducción de Versiones, de Hölderlin, ya iniciada la década de 1920, le enseña –tanto en su obra de traducción como en su obra lírica del Segundo libro de estancias– nuevos rasgos de su creciente lírica:


· a combinar las emociones de lo próximo y menudo, lo anecdótico, con la elaboración trascendente y mítica

· a desarrollar una técnica poética que procura alcanzar el poema como un canto lírico absoluto, y breve y conciso

· a suprimir la cohesión gramatical en una expresión muy concentrada y poco explicativa

· a presentar la concreción y la abstracción como las dos caras de un mismo objeto simbólico


La praxis poética lo aboca, desde el simbolismo y el postsimbolismo, a la denominada poesía pura. La poesía pura de principios de siglo XX confecciona el poema con un corto número de imágenes, “concisamente trazadas, sin pretensiones discursivas ni voluntad de ilació, destinadas a producir una percepción de tipo instantáneo fundada en la intuición y la sugerencia. Un poema puro deja en el lector una impresión fundamentalmente visual, puntual y estática, una chispa o un destello de conocimiento sensorial”, explica el poeta y crítico Guillermo Carnero (Valencia, 1947). Además, a la poesía pura hace falta añadir la aspiración de acercarse a la música. Carles Riba cultiva esta concepción –hermética y deshumanizada por su extremada concisión verbal, su factura formal y su recóndita metaforización–, pero incorpora a su obra más pura la emoción, la categoría de lo trascendental, sin recluirse exclusivamente en la plasticidad de lo visual. En la tradición española, en castellano, el representante más genuino y lúcido fue Jorge Guillén (1893-1984), quien en su Cántico o en Perfil del aire remataba la estampa con una breve reflexión introspectiva.

A Carles Riba, la frase del ilustrado francés conde de Buffon6, en el siglo XVIII, «el estilo es el hombre», precursora del romanticismo, le va como un guante, en palabras de Josep Pla, en el mencionado “Homenot” dedicado a nuestro autor: «El estilo y el hombre forman una unidad... abrumadoramente seria». Riba se horrorizaba ante cualquier exceso, la mínima guisa de exabrupto retórico, ornamental o exhibicionista.

     

«Branca sobre el torrent»


Que pura brilles

amb tanta flor, inclinada,

branca, dins tanta

quieta llum de l’aire,

a tanta fuga7 d'aigues!


«Rama sobre el torrente»


¡Qué pura brillas

con tanta flor, inclinada,

rama, entre tanta

quieta luz del aire,

en tanta fuga de aguas!

En esta tanka8, Riba describe la rama florecida, inclinada sobre una corriente de agua y briIlante en la luz; el poeta se limita a ponernos la rama (sólo una rama) delante de los ojos de la imaginación y a hacérnosla viva y palpable, corpórea. Destaca la musicalidad resaltada, en catalán, por la repetición de “tanta” y el efecto eufónico y rítmico, que se combina con la aliteración del sonido “a” tónico.9


Para Carles Riba, «Todo poema, por lírico que sea, puede y debe tener su paráfrasis; si

se prefiere, su esquema, sólo teóricamente anterior, en prosa. Lo abusivo, por no decir lo tonto en crítica, es pretender fundar en el esquema la valoración del poema»10. 0, como parafrasea Gabriel Ferrater: «Las ideas (cuando alguien es capaz de tenerlas, como Ruiba era capaz) son el comienzo de la poesía, nunca el final. El final es, simplemente, una pura imagen [ ... ] de las ideas que había en su inicio»11. Pero que nadie tenga la ocurrencia de pensar que la poesía de Riba es una poesía de raigambre filosófica: queremos sugerir que no no hace falta saber filosofía para leer a Carles Riba; no obstante, su obra se entenderá mejor si el lector está familiarizado con Platón o con san Agustín, afirma E. Sullà12. En palabras, traducidas, de Riba: «No quiero decir que para ser un gran poeta haya que ser un filósofo: pero la inquietante constatación es que, a lo sumo, todos los poetas indiscutibles han penetrado, profunda y sutilmente, con ideas exactas y bien ligadas, en sus emociones y en sus supremas contemplaciones de la vida humana»13.

En definitiva, continúa aclarando Sullà, Riba suele partir de una idea, de una chispa o menuda experiencia, interpretada a la vez por su pensamiento y por su sensibilidad lírica, es decir, trabajada según una estructura lógica y emotiva, a la que se asocian imágenes y emociones que tienen una relación más o menos subjetiva con la anécdota original, que, al final, resulta totalmente transcendida. Y lo clarifica aún más el propio poeta: parte de una idea o de una “cintra de prosa”:

«un borrador boceto en prosa es anterior, al menos en teoría, a la milagrosa construcción de todo poema; no digo de todo verso»14.

Tenemos hoy la oportunidad de leer las explicaciones del complejo proceso de elaboración y creación manuscrito por el propio poeta con motivo de la explicación de la tanka LXXIX,

titulada «Com Chamilly»:


«He convertido –vengo a decir en él [en la tanka LXXIX]– la ausencia, el recuerdo de nuestro amor, en algo profundo, que los días recubren con su intrascendente fluir; en algo, como la cueva submarina, cruel por lo impuro de las maravillas que encierra»15.

Tanka LXXIX. Com Chamilly


He fet l'absencia

profunda a l'ona vana

dels dies –dura,

com la cova marina,

d'impures meravelles.

Tanka LXXIX. Como Chamilly


He hecho la ausencia

profunda en la ola vana

de los días –dura,

como la cueva marina,

de impuras maravillas.

En esta tanka LXXIX, el poeta adopta el punto de vista de Chamilly, que entierra muy al fondo de su corazón el recuerdo de sus amores con una monja portuguesa. El dramatismo de la situación es subrallado por una eficaz paronomasia (en catalán): «l’ona vana», que representa la fluencia mecánica del tiempo, y por una imagen poderosa por el contexto en el que se sitúa: la imagen de la cueva marina. Se nos impone explicar el origen histórico de la anécdota de la que parte Riba: Chamilly fue un oficial francés que formaba parte del ejército que luchaba en ayuda de los portugueses contra las fuerzas españolas que invadieron el territorio luso en 1659; en Portugal, Chamilly, joven y con buena planta, conoció, fascinó y sedujo a una monja de un convent de Beja (en el Alentejo). El lance se hizo famoso por la publicación, en 1669, de las Cartas portuguesas traducidas al francés que la monja abandonada dirigía a su ya ausente y lejano galán.16 A esta monja enamorada de un hombre dedica Carles Riba su tanka LXXVIII, un poemilla de amantes apasionados, con dos aspectos reseñables:


· la perspectiva del que habla: el autor toma la voz del personaje (la monja)

· la relación entre el amor y la divinidad.

Tanka LXXVIII


Si riu l'absència

només que de 1'antiga

dolçor enfondeixis

un mot, i més te n'omples,

no és ja Déu que parla?

Tanka LXXVIII


Si ríe la ausencia

únicamente que de la antigua

dulzura ahondas

una palabra, y aun te colmas,

¿no es ya Dios quien habla?

Es cierto que nuestro poeta –continúa Sullà– no parte de la anécdota de la seducción propiamente dicha, porque lo que le interesa es pasar de la anécdota a la categoría: le interesa el mito –“lo típico que fija para siempre”. Riba comenta así esta tanka LXXVIII, en el manuscrito citado:


«Una mujer lo dió todo, sin vacilar ante el sacrilegio, por un hombre a quien amó y que se separó de ella casi evadiéndose y solo contestó a sus cartas desesperadas con "impertinentes protestas de amistad" y "cumplimientos ridículos". Entre la quinta carta portuguesa y la muerte de la Marianna histórica (1723) mediaron unos cincuenta y cinco años. ¿Quién no se preguntará, como yo mismo, lo que ocurrió en su alma, qué voces hablaron en su alma, durante ese inacabable silencio? Consta que Marianna Alcoforado fue para sus hermanas de religión altísimo ejemplo de celo monacal, resignación y penitencia. Con mi breve poema intento situarme en el punto en que lo absoluto de su humano fuego amoroso pasó a descansar en Dios, de quien nace todo amor; y al formularlo así, pienso en un pasaje amoroso del Kempis17. A fuerza de ahondar en las dulzuras perdidas, mi Marianna siente sonreírle la ausencia, se colma en el recuerdo de las palabras tan sinceramente dichas en otro tiempo –y en la plenitud de sí misma encuentra a Dios»18.


Y acaba el comentario de estas dos tankas (LXXVIII y LXXIX) con una frase lapidaria: «EI amor que se da engrandece más seguramente que el que se recibe».


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1 ‘La poesía apenas acaba de comenzar / y está llena de virtudes desconocidas’.

2 La canción está incluida en el disco Viatge a Ítaca (‘Viaje a Ítaca’), de 1975. La presentación del disco Viatge a Ítaca se hizo el 7 de mayo en el Palacio de la Música Catalana y a las veinticuatro horas de ponerse las entradas a la venta ya se habían agotado. El lunes 12 de mayo, el cantante fue conducido por la policía desde el hotel donde se alojaba, hasta la «Jefatura Superior», donde tuvo que declarar y no salió hasta dos horas más tarde. El interrogatorio se centró en el primer recital cuando el cantante, que tenía prohibido hacer ninguna repetición de sus canciones, después de que el público aplaudiera durante más de veinte minutos, volvió a salir para decir que no podía cantar otra. El evento previsto en principio para seis actuaciones, finalizó en la quinta, cuando se le prohíbe un bis, se le detiene y se le lleva a la Comandancia Superior de Policía. Mientras, el público abandonando el Palacio cantaba a coro “L'Estaca” (‘La estaca’) . Se le prohíbe seguir con los recitales, se le impone una multa de 100 000 pesetas [equivalente a unas casi cinco mensualidades del salario medio de la época] , y durante más de ocho meses fueron prohibidas todas sus actuaciones en España. El entonces gobernador civil de Barcelona, Rodolfo Martín Villa, lo justificó por las reiteradas «infracciones al reglamento de espectáculos, que prohíbe terminantemente que los artistas se dirijan al público y establezcan diálogo con él, caso que el señor Llach hizo en reiteradas ocasiones, profiriendo expresiones que la autoridad gubernativa ha estimado como atentatorias a las instituciones y a la legislación vigente». Mientras persisten las prohibiciones en España (más de setenta y cinco), Llach vuelve a refugiarse en el extranjero. El mes de agosto actuó en Londres y en el Olympia, de París; los gerentes del Théâtre de la Ville parisino le ofrecieron un contrato para actuar durante quince días. Todo París estaba lleno de pósters con la imagen de Llach. Coincidiendo en el tiempo con estas actuaciones, Arias Navarro anuncia en televisión: «Españoles, Franco ha muerto» (20 de noviembre de 1975).

3 Dedicó Carles Riba su tesis doctoral a la obra dramática Nausica (1908-1910), de Joan Maragall, estrenada en 1912 en el Teatro Eldorado, de Barcelona.

4 Voces catalanas, como las de J. V. Foix y Marià Manent, junto a Carles Riba, asisten a un congreso de poesía celebrado en Segovia (junio de 1952). El éxito invita a organizar los congresos de Salamanca (julio de 1953) y de Santiago de Compostela (julio de 1954). En todos ellos se establecen contactos significativos para las letras hispanas. Son tres años prolíficos y estimulantes: se publican algunas antologías de autores catalanes y algunas revistas dedican números especiales a la literatura catalana. Desafortunadamente, el régimen franquista siguió estrangulando la cultura en nuestro país y estos intercambios no pasaron de la tercera convocatoria.

5 El simbolismo literario animó a los escritores a expresar sus ideas, sentimientos y valores mediante símbolos o de manera implícita, más que a través de aseveraciones directas.

6 Georges Louis Leclerc, conde de Buffon (1707-1788), autor de una Historia natural, en 44 volúmenes, que influyó en el enfoque de la Enciclopedia (1751-1772) de D. Diderot y J. d’Alembert.

7Probable juego de palabras: fuga, además de acción de huir o fugarse, es también una composición musical que gira sobre la repetición de un tema y su contrapunto.

8 Carles Riba prefirió escribir, en catalán, “tannka / tannkas”. En la transcripción castellana del japonés se aceptan las grafías “tanka(s)” y “tannka(s)”.

9 Vid. “Las tannkas de Riba”, por Enric Sullà (Barcelona, Llengua & Literatura , 3. 1988-1989, Publicacions de l’IEC), pp. 265-336, cuyos postulados interpretativos seguimos.

10 Manuscrito de Riba, en castellano, recogido en O. C., vol. IV, 1988, p. 223. Citamos de Carles Riba. Obres completes [O. C.], Barcelona, Edicions 62, 1984. Consta de cuatro volúmenes: el primero, Poesía, en edición de Enric Sullà, y los tres siguientes para prosa y obra crítica (1985, 1986 y 1988, respectivamente), editados por E. Sullà y J. Medina.

11 Gabriel Ferrater, La poesia de Carles Riba, Barcelona , Edicions 62, 1979, pp. 120-121. Traducimos del catalán.

12 E. Sullà, 1988-1989, pp. 281ss. Vid. también la tesis doctoral de E. Sullà, «La poesia de Carles Riba (1935-1946)», 1988.

13 O. C., vol. III, 1986, p. 157. Traducimos.

14 O. C., vol. III, 1986, p. 233. Traducimos.

17 El beato Tomás de Kempis (1380-1471) escribió Imitatio Christi.

18 O. C., vol. IV, 1988, pp. 224-225.

15 O. C., vol. IV, 1988, p. 224.

16 La historia trascendió y la monja no ocultó su identidad: Marianna Alcoforado.