Revista Cultural Digital
ISSN: 1885-4524
Número 30 – Primavera 2013
Asociación Cultural Ars Creatio – Torrevieja


(Dedicado al poeta Rafael Simarro)



Hubo un tiempo en que tocó crecer,
y lo hice  alimentado por un caudal de besos
que mi memoria en agraz sería incapaz de preservar.
Llevado por la inercia de mis ligeros pasos
anduve por senderos flanqueados de afanes,
imágenes que el devenir de la vida
convertiría en espectros de doliente figura.
Con los ojos henchidos de quimeras
y las alforjas colmadas de ternura
galopé en rodillas vivaces y jaraneras
en pos de la plenitud de mi existencia.

Hubo un tiempo en que tocó amar,
y lo hice impelido por el vendaval
que la adolescencia desata en las carnes,
influido por lunas de egoísmo,
con una voracidad insaciable y arcana,
con la ruindad ingénita de un predador de sentimientos.
Y el amor se mostró esquivo conmigo,
o ¿acaso fui yo el indiferente?

Hubo un tiempo en que tocó madurar,
y lo hice volando lejos sin ataduras,
en busca de la esencia de mi naturaleza
tal vez extraviada en el confín del universo.
Mas la búsqueda involucionó en una travesía
por laberintos de sueños fatuos y oropeles,
desiertos habitados por entelequias y arenas movedizas.
Y mientras yo era un torpe gato entretenido con la madeja,
aquéllos que una vez me amaron se enrolaron de a poco
en el batallón de los vencidos por el tiempo y las prisas.

Hubo un tiempo en que tocó envejecer,
y lo hice huérfano de afectos,
enmoheciendo en una arista del olvido,
huraño como un oso polar en un iceberg a la deriva.
El crepúsculo se tornó ceniciento,
la saliva fue acíbar en mi boca,
las fuerzas huyeron de mí en desbandada
dejando mi cuerpo extenuado, desguarnecido,
postrado a merced de la guadaña.
Hoy mis taciturnos ojos reposan su cansancio
sobre una memoria hecha de sílice y aluvión,
de afecciones dilapidadas y tiempos espurios.
Me consume la gangrena de saber que no he aprendido nada.
Y ahora toca morir.



XXXII Certamen de Poesía “Orden Literaria Francisco de Quevedo”
Premio Modalidad Tema Libre