Revista Cultural Digital
ISSN: 1885-4524
Número 29 – Invierno 2013
Asociación Cultural Ars Creatio – Torrevieja

Autor: Fernando Ugeda. Algaida Editores, 2009.


Por gentileza de su autor, uno de los flamantes ganadores, junto a Jorge Saiz Mingo, del VII concurso literario de Ars Creatio “Una imagen en mil palabras”, nos llega esta obra acreedora del XII Premio de Novela Ciudad de Badajoz.

De la mano del inspector Desmond Angell, nos sumergimos en el Londres de 1899: es tres de noviembre y en el número 15 de St Marys Road, en el East End, es hallada muerta en su cama una desgraciada muchacha, la costurera irlandensa Mary Lookford, en actitud beatífica…, pero con un cuchillo clavado en el pecho.

La investigación iniciada por el policía, de origen muy humilde, le lleva a señalar como principal sospechoso al joven caballero Hugh Herrington, hijo único de todo un lord. Esta circunstancia dificultará en grado sumo el esclarecimiento de los hechos.

El protagonista nos relata todo lo acaecido ya en el ocaso de su vida, tras haber transcurrido casi cincuenta años desde que sucedió. Y lo hace desde una perspectiva muy crítica con la moralista época victoriana, ya en su fase tardía, en la que se desarrollan unos hechos en los que chocan, una y otra vez, los intereses contrapuestos de la clase más acomodada de la sociedad frente a la más desfavorecida.

La galería de personajes no es muy extensa, pero su trazo es certero y creíble. Entre todos, yo me quedaría con el narrador protagonista, el inspector Angell, y su visión desengañada de la vida. Y junto a él, la resabiada y alcohólica casera, Señora Olearly. 

Reflexiones sobre el amor, la amistad, el honor, la hipocresía, el engaño, el dominio de los poderosos frente a los más débiles, la doble moral o incluso el sentido de la vida, aparecen una y otra vez en las páginas de esta interesante novela, a la vez que la trama, llamémosla policíaca, se encamina, como no podía ser de otra forma, hacia un inesperado desenlace. Un inesperado desenlace que pone fin a esta obra literaria, que, desde el punto de vista de quien suscribe, no defraudará a quienes se adentren en sus páginas para disfrutar con su lectura.