Revista Cultural Digital
ISSN: 1885-4524
Número 26 – Primavera 2012
Asociación Cultural Ars Creatio – Torrevieja

 

ALICANTE, ORIHUELA Y TORREVIEJA

Desde la reconquista del Reino de Valencia a los musulmanes por el rey Jaime I, el actual término municipal de Torrevieja perteneció a la gobernación de Orihuela, una de las primeras que se establecieron en el Reino. Durante el reinado de Carlos III, por Real Decreto de 26 abril de 1777, se produjo la primera segregación de Orihuela y Guardamar de los cotos y redondas de las salinas de La Mata y Torrevieja y sus poblaciones, que quedaron bajo la jurisdicción del administrador de las Reales Salinas como autoridad administrativa con potestad para autorizar ciertas obras y ejercer justicia. En ese mismo año se construyeron las Eras de Sal y un muelle para su embarque en la bahía.

En el año 1787, el ingeniero militar Pedro Navas, comandante de la Plaza de Alicante, por intereses militares, realizó una visita a las torres, castillos, puertos y bahías en la zona de costa comprendida entre Alicante y Cartagena, visita que el ingeniero finalizó con la entrega a sus superiores de un minucioso informe, firmado en Alicante en el 27 de diciembre del mencionado año. En su informe, Pedro Navas, entre otras cosas, menciona la torre de La Mata, la torre Vieja y la torre de Cabo Cerver, de las que decía que su valor estratégico era superior al de otras torres, ya que, además de desempeñar su específica misión militar en la defensa de la costa, realizaba la de proteger los intereses económicos de la Real Hacienda, precisamente por encontrarse las dos primeras torres en las proximidades de las salinas.

En virtud de la Real Orden de 21 de octubre de 1802, Carlos IV mandó trasladar la administración de las Reales Salinas de La Mata a la nueva población de Torrevieja. Asimismo, ordenó que se hicieran los planos de la nueva población. El cumplimiento del traslado de la administración de las Reales Salinas de La Mata a Torrevieja se efectuó el 3 de marzo de 1803, fecha que constituye la fundación administativa de esta población, construida de nueva planta con el nombre de Torrevieja.

En 1805 se construye el primer muelle comercial para el embarque de los productos del campo de la comarca de la Vega Baja, en 1806 se establece la primera Aduana, y en 1807 la primera Ayudantía Militar de Marina, que es a la vez cabecera del Distrito Marítimo comprendido desde el mojón de San Pedro del Pinatar a la desembocadura del río Segura en Guardamar. Los terremotos del 21 de marzo y días sucesivos de 1829, que tantos daños ocasionaron a 28 poblaciones de Vega Baja, en Torrevieja destruyeron 534 viviendas, la iglesia parroquial, una ermita y dos molinos, produciendo la muerte de 32 personas y 67 heridos, además de la muerte de 36 caballerías.

Después de los terremotos, el rey Fernando VII dispuso la construcción de una nueva población en el mismo lugar que la anterior, cuando apenas hacía 26 años que había sido construida. Para llevar a efecto la reconstrucción de los pueblos afectados por el seísmo, el rey nombró al prestigioso ingeniero guipuzcoano José Agustín de Larramendi Muguruza, primer ingeniero de caminos de España, y como intendente al obispo de Orihuela, Félix Herrero Valverde.

El 2 de julio de 1830, la Real Audiencia de Valencia, en nombre del rey Fernando VII, designó a las primeras personas que debían reconstituir el Ayuntamiento de Torrevieja. Pasados 123 años, siendo alcalde de Torrevieja César Mateo Cid, ministro de la Gobernación Blas Pérez González y gobernador de la provincia Jesús Aramburu Olaran, por Decreto de 6 de febrero de 1953, se concede la ampliación del término municipal, con la segregación de terrenos pertenecientes a los municipios de Almoradí, Guardamar del Segura, Rojales y Orihuela. Independientemente de lo que representan en la historia de Torrevieja las inmemoriales salinas de La Mata y de Torrevieja y las antiguas torres de defensa, a pesar de ser uno de los pueblos más jóvenes de la Vega Baja, desde su fundación administrativa hasta nuestros días ha ido evolucionado hasta superar en población a todas las localidades de la comarca, incluida Orihuela, teniendo como referente principal y tradicional las salinas, la pesca y, en las últimas décadas, el turismo, el comercio y los servicios. A lo largo de su joven historia, Torrevieja, como pueblo alicantino del sur, ha tenido momentos de cálidas relaciones con la capital y otros agridulces.

En esta ciudad siempre se recordará la crisis laboral de las salinas, ocurrida a primeros del año 1956, que motivada por la mecanización produjo el despido de 244 obreros fijos y un número superior de temporeros de campaña. Alicante, a pesar de tener sus propios problemas, apoyó con determinación a Torrevieja, facilitando la colocación de varios de los obreros despedidos en la fábrica de aluminio, en la fábrica de cerveza El Nebli, en la fábrica de goma, en obras del puerto y en la carretera de Benidorm, y facilitando igualmente alojamiento a los obreros y sus familias en las mil viviendas de la barriada la Virgen del Carmen, donde en el mes de mayo de 1961 fundaron la Hermandad de Torrevejenses Ausentes, que aún permanece.

Han sido varias las ocasiones en que, con motivo los destrozos producidos en la costa por los temporales de levante y la recordada tromba marina del 14 de abril de 1958, en las que han venido a Torrevieja gobernadores y otras autoridades que atendieron y ayudaron económicamente a reparar los destrozos producidos, principalmente en playas y carreteras cercanas a la costa.

Por supuesto, también han venido a la ciudad para estar presentes en los certámenes de habaneras, en inauguraciones y en otros momentos importantes ocurridos en esta ciudad.

 

En Alicante vivió, desde que se trasladó con su familia cuando tenía 6 años, el ilustre torrevejense Tomás Valcárcel Deza, que falleció en esa capital el 30 de agosto de 1999. Como alicantino de adopción y de corazón, desarrolló su arte al frente de su prestigioso taller de bordados, llegando a ser presiente durante varios años de la Junta Central Fallera y concejal del Ayuntamiento. Igualmente, otros torrevejenses ilustres vivieron y trabajaron en la capital, como los recordados escultores hermanos Rafael y Fulgencio Blanco, que trabajando en su taller del barrio de Benalúa llegaron a ser de los más importantes escultores de imágenes religiosas del levante español.

 

 

 

 

 

 

Otro de los ilustres torrevejenses que vivieron y trabajaron en Alicante fue Luis Cánovas Martínez, doctor en Derecho por la Universidad de Madrid y abogado del Estado, persona que entre otras facetas realizó estudios musicales, ejerció el periodismo, escribió poesía y varias obras teatrales. En algunos momentos, por intererses económicos, Torrevieja ha tenido pretensiones que las autoridades de Alicante no han apoyado. Por ejemplo, el proyecto del año 1957 de construir en el dique de Levante un muelle comercial de 531 metros de longitud y una anchura de 70 metros, para conseguir una línea de atraque con una sonda de entre 6 y 9 metros. De haberse realizado este proyecto, hubiera dado vida comercial y turistica a Torrevieja, como ha ocurrido con la construcción hace varios años del muelle de transatlánticos de Cartagena, que gracias a la gestión de su Ayuntamiento recibe al año un buen número de barcos de pasaje, con lo que esto supone de inyección economica para el comercio de la ciudad. En el caso de Torrevieja, no ha sido por falta de dinero, porque dinero no ha faltado para obras de mayor coste que se han realizado en la ciudad en los últimos años.