1) EL COMIENZO DEL AÑO 1873
El año 1873 comienza bajo el reinado de Amadeo I de Saboya, elegido rey de España en las Cortes constituyentes el 16 de noviembre de 1870.
En Torrevieja, la Corporación municipal, presidida por Antonio Mínguez Sánchez, el “Turbio”, había sido nombrada el 10 de diciembre de 1872. Durante el año 1873, Antonio Mínguez fue alcalde en tres periodos, que sumaron en total 9 meses y 3 días, alternando con Francisco Gallud Rodríguez, que presidió el Ayuntamiento durante 2 meses y 11 días en dos periodos.
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2) LAS CASAS CONSISTORIALES
Como edificios del Ayuntamiento estaban las llamadas Casas Consistoriales, desde las que se dirigía y administraba el municipio, que en aquel año contaba con un reducido número de funcionarios administrativos, guardias municipales y alguaciles.
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3) LOS PRÓFUGOS DE LA JUSTICIA
La sesión ordinaria del Ayuntamiento del día 6 de enero de 1873 declaró prófugos a cuatro mozos de la quinta de ese año, por no comparecer ante las autoridades que debían conducirlos a Alicante para su presentación en la Caja de Reclutamiento. En aquel año se dieron varios casos de jóvenes torrevejenses que huían de la obligación de incorporarse a las quintas del Ejército y de la Armada, debido principalmente a la tercera guerra carlista (1872-1876) y a la primera guerra de Cuba, conocida como guerra de los diez años (1868 a 1878).
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4) LA PRIMERA REPÚBLICA
Durante la Primera República, España, además de soportar la guerra de Cuba y la guerra carlista, tuvo que hacer frente a la proclamación del Cantón en varias ciudades del levante y del sur español. El Cantón Murciano, proclamado el 12 de julio, también fue conocido como el Cantón de Cartagena. Por ser plaza fuerte con el Ejército, los buques de guerra y el arsenal, la insurrección se prolongó sies meses, hasta su rendición el 13 de enero de 1874. Durante los 10 meses y 20 días que permaneció la Primera República, hubo cuatro presidentes: Estanislao Figueras, Francisco Pi y Margall, Nicolás Salmerón y Emilio Castelar Ripoll.
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5) EMILIO CASTELAR RIPOLL
Castelar, después de la Primera República, una vez reinstaurada la Monarquía, solía pasar largas temporadas en la vecina población de San Pedro del Pinatar, en la casa de la finca San Sebastián, a la entrada en la población que entonces era propiedad del marqués de Sporttorno, y hoy conocida por Casa del Reloj. Desde su residencia en San Pedro, Castelar solía visitar a su amigo Ramón de Campoamor en la cercana dehesa de San Ginés o Matamoros, que pasado el tiempo, después de la muerte de Campoamor, tomó el nombre del poeta. Igualmente, Castelar solía venir a Torrevieja, donde tenía varios amigos que a su vez le devolvían la visita. De ello queda constancia en una carta que este insigne político y gran orador le escribió a Campoamor durante la grata temporada que pasó en la dehesa invitado por el poeta, cuando éste estaba en Madrid.
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6) LA VILLA DE TORREVIEJA
En el año 1873, la villa de Torrevieja pasaba ligeramente de los 8.500 habitantes empadronados, que en su mayoría trabajaban en las salinas; en la actividad pesquera, en las que estaban matriculadas cerca de cien embarcaciones de vela latina; en las dos almadrabas de La Mata y de Cabo Roig; en el comercio marítimo y en el contrabando de tabaco y de otros productos adquiridos en las plazas de Orán y Gibraltar, donde iban y venían los faluchos como el “Socarrao”, el “Carmen”, el “Joven Rosario” y otros que se mencionan en los partes de los comandantes de los buques del Resguardo de Aduanas. A todo lo anterior, se sumaba la entrada y salida de buques mercantes españoles y extranjeros que venían a cargar sal y el embarque de productos agrícolas de la Vega Baja del Segura, sistema de vida que proporcionaba a la población un talante abierto y progresista.
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7) LA IMPORTANCIA DE LA VILLA
En el año 1873, la villa de Torrevieja, entre otras cosas, contaba con aduana, ayudantía militar de Marina con cabecera de distrito marítimo, juzgado de paz, junta municipal de Sanidad y junta de Primera Enseñanza, matadero municipal, estudio fotográfico de Jean Darblade Lamota (establecido en la villa en 1870), muelle pesquero y comercial, dos muelles para el embarque de sal desde las eras, consulados, consignatarios de buques nacionales y extranjeros, notarios, astilleros en la playa de Cala Cornuda (donde se construían faluchos, laúdes y pailebotes) y el casino Numancia, fundado en 1867.
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8) LA SOCIEDAD TORREVEJENSE
En el padrón municipal de 1874, en el apartado de oficios, profesiones y ocupaciones, aparecen: jornaleros, propietarios, comerciantes, tenderos, notarios, cirujanos, dependientes de las salinas, salineros, maestros de instrucción primaria, marineros, patrones, calafates, albañiles, molineros, carpinteros, panaderos, carreteros, herreros, alpargateros, zapateros de viejo, sastres, chalanes, albañiles, sirvientes, pobres, y así hasta ochenta denominaciones.
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9) LA UNIDAD MONETARIA
La unidad monetaria era la peseta, equivalente a 100 céntimos, que fue adoptada el 19 de octubre de 1868 por el gobierno provisional de Francisco Serrano, duque de la Torre.
En el año 1873, el Ayuntamiento arrendaba bajo subasta el cobro del impuesto de consumos y el impuesto de arbitrios del matadero municipal a arrendatarios particulares, dándose el caso de que en la sesión extraordinaria del día 2 de enero, presidida por el alcalde Antonio Mínguez Sánchez, la Corporación acordó separar al arrendatario del impuesto de consumos José Jiménez Saura, por hallarse al descubierto hasta ese día, en la suma de 13.208 pesetas y 8 céntimos. De esta forma comenzó en Torrevieja el año político y económico, donde los alcaldes tuvieron que sortear toda clase de riesgos y dificultades para gobernar, a veces al filo de la ley, procurando no dejar constancia escrita en las actas capitulares ni en otros documentos de hechos políticos, datos y nombres que pudieran comprometerlos en aquellos agitados días.
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10) LA MILICIA CIUDADANA
La Corporación municipal, en sesión extraordinaria de fecha 6 de febrero, procedió al nombramiento de los capitanes tenientes y subtenientes de las tres compañías de la Milicia Ciudadana recientemente creada, siendo los capitanes Antonio Mínguez Sánchez, Rafael Sánchez Barceló y José Molina Quesada.
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11) LA PROCLAMACIÓN DE LA REPÚBLICA
El 11 de febrero, con la abdicación del rey Amadeo I de Saboya, las dos cámaras de las Cortes, reunidas en sesión conjunta, proclamaron la Primera República Española. Fue nombrado presidente Estanislao Figueras. Cuando la noticia llegó a Torreveieja, causó asombro y desconcierto en los monárquicos y honda emoción y entusiasmo entre los republicanos, entre ellos los militantes y simpatizantes del Partido Republicano Federals que se echaron a la calle con las armas en la mano para expresar su apoyo al nuevo régimen y reclamar la entrega inmediata del poder municipal. El día 13, a la seis de la mañana, la Corporación municipal, en sesión extraordinaria, presidida por el alcalde Antonio Mínguez Sánchez, permaneció reunida en espera de recibir órdenes e instrucciones del Ministerio de la Gobernación o del Gobierno Civil de Alicante.
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12) EL COMITÉ REPUBLICANO
En esa misma mañana del día 13 de febrero, se presentó en el Ayuntamiento una comisión del comité republicano federal, exigiendo al alcalde la entrega inmediata del poder, mientras en la plaza de la Constitución se hallaban varios grupos de republicanos armados, y otro grupo se había situado en la torre del campanario de la iglesia para avisar a sus jefes de cualquier movimiento de tropas o ciudadanos que pudiera producirse. El alcalde y los concejales, al ser obligados a desalojar el edificio, protestaron, se negaron a entregar los poderes y acordaron informar de los hechos ocurridos y su reconocimiento al nuevo régimen mediante telegramas dirigidos al gobierno de Madrid y al gobernador de Alicante. Decidieron permanecer todos en contacto para reunirse en otros lugares mientras durase el alzamiento local. A continuación, el alcalde marchó a Alicante para notificar todo lo ocurrido al gobernador civil, y de cómo los federales se habían apoderado del pueblo. Cuando al día siguiente el alcalde regresó de Alicante sin haber logrado apoyo alguno del gobernador, se encontró con que en la sede del Ayuntamiento se había instalado la junta revolucionaria.
El día 15, a las seis de la mañana, al no poder reunirse en el Ayuntamiento, la Corporación presidida por el alcalde Antonio Mínguez se reunió en el domicilio del concejal Manuel Torregrosa Saura. Los ediles, después de oír al alcalde, acordaron que todos se mantendrían en sus puestos sin dimitir, reconociendo al gobierno de la República constituida, declarando ilegal a la Junta Revolucionaria local y los hechos promovidos por ésta. El día 16 de febrero por la mañana, por una orden gubernativa, remitida por las nuevas autoridades republicanas de la nación, la junta federal abandonó las Casas Consistoriales. Cuando tuvo conocimiento del hecho, el alcalde, al frente de los concejales, regresó al edificio del Ayuntamiento para retomar el poder.
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13) LA BANDA DE MÚSICA
El día 17 de febrero, después de destituir al cirujano Juan Molina y represaliar a otros empleados municipales que habían colaborado con la junta revolucionaria federal, debido a los perjuicios económicos ocasionados por ésta al Ayuntamiento, la Corporación municipal acordó suprimir la banda municipal y apartar a su director, Joaquín Casamitjana, hasta que el Ayuntamiento acordó la restitución de la banda de música y de su director el 9 de junio. A pesar de las dificultades económicas, el Ayuntamiento, por orden gubernativa, tuvo que afrontar los gastos de la reorganización de tres compañías del voluntariado de la libertad, además de consignar una partida económica para la adquisición de cien fusiles Remigton.
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14) LA NUEVA CORPORACIÓN MUNICIPAL
El día 13 de junio, debido a las irregularidades y abusos producidos relacionados con los impuestos de arbitrios municipales y derramas, el gobernador civil destituyó al alcalde Antonio Mínguez Sánchez y a los concejales, que fueron relevados por la nombrada nueva Corporación municipal, presidida por Francisco Gallud Rodríguez.
El día 2 de julio, en el Ayuntamiento, en sesión ordinaria presidida por el primer teniente de alcalde, Juan Molina, se dio cuenta del escrito recibido con membrete del Ayuntamiento de Antonio Mínguez Sánchez, presidente de la Corporación municipal suspensa, solicitando que se restituyera en sus respectivos cargos a los ediles apartados. La Corporación acordó informar de los hechos al gobernador civil y pasar al juez municipal toda la documentación disponible para que procediese contra el alcalde anterior por ejercer actos propios de autoridad que no tenía. Por rivalidades políticas, en aquellos días Torrevieja llegó a tener dos alcaldes con sus respectivos concejales, uno gobernando desde el Ayuntamiento y otro desde su domicilio particular, dando lugar a las correspondientes ilegalidades y tensiones políticas.
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15) EL TELÉGRAFO
El día 5 de junio se inauguro el servicio público de la estación telegráfica de cable, con enlace a Orihuela, que el Ayuntamiento adjudicó en arrendamiento el 3 de marzo a Antonio Mínguez Sánchez, nombrádose oficial encargado de la misma a Francisco Albentosa.
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16) PROCLAMACIÓN DE LA REPÚBLICA FEDERAL
El día 7 de junio, las Cortes constituyentes proclaman la República Federal, siendo nombrado presidente Francisco Pi y Margall. El proyecto de constitución federal, que fue rechazado por las Cortes, proponía una España articulada en 17 estados, incluidos Cuba y Puerto Rico.
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17) EL VAPOR ARMADO "VIGILANTE" Y EL FALUCHO SIN NOMBRE
El día 13 de junio, el alcalde recibió un escrito del jefe de Aduanas de Alicante con una copia del parte del comandante del vapor de guerra “Vigilante”, fechado el día 6 del mismo mes, en el que se refería a un falucho sospechoso que, estando próximo a Cala Capitán, parecía venir de Orán. Según este parte, cuando el comandante del “Vigilante" ordenó poner toda la máquina para dirigirse a él para reconocerlo, el falucho salió huyendo poniendo rumbo a la rada de Torrevieja para varar en la playa. El comandante, al ver que el falucho varaba en la playa, ordenó a un oficial que fuese con un bote para comprobar su nombre y procedencia. Cuando el oficial y los marineros llegaron a la playa, el falucho ya se encontraba varado, y junto a él tres o cuatro hombres, que al ser preguntados por el patrón y la procedencia del falucho, dijeron que el patrón se habían ido con los papeles a la Ayudantía de Marina a registrar la entrada, y que aunque sabían que venían de Orán, ignoraban el nombre. En un momento en que el oficial se encontraba en el bote, apoyado sobre los remos, esperando el regreso del patrón, al ver que la gente que estaba en el muelle le dirigía insultos y le tiraba piedras, volvió al patrullero para informar a su comandante. El comandante, al final de parte, dice textualmente lo siguiente: “De mi deber es llamar la atención sobre la extraña costumbre que existe en Torrevieja de que los faluchos no fondean para tomar la entrada, y esto lo verifiquen después de varar yendo personalmente a tierra los patrones sin que nadie se lo impida, como ha acontecido con el mencionado falucho y se ha confirmado en otros casos anteriores con el falucho contrabandista “Socarrao”, perseguido por el vapor “Linier” y el llamado “Carmen”, también contrabandista perseguido por este vapor y últimamente el laúd “Joven Rosario” reconocido por mí el 2 de junio. Muy lamentable es la falta que denuncia esta costubre en las autoridades de ese puerto, tanto civiles como militares y administrativas, en las cuales hace suponer una incalificable indiferencia por hacer cumplir lo preceptuado, ya que no sea por parecer increíble, una protección indirecta al contrabando y a las personas que a ello se dedican”.
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18) RAMÓN DE CAMPOAMOR, EN LA DEHESA
Otra referencia con relación al contrabando de tabaco en la costa de Torrevieja nos la da Ramón de Campoamor, en una carta que escribió en el año 1873 al gobernador civil de Alicante desde la dehesa de San Ginés (hoy de Campoamor), donde pasaba una temporada con su esposa, Guillermina O´Gorman. En esta carta, el poeta se quejaba del daño que habían causado en la dehesa algunos desalmados, rogándole que de oficio pasase copia a los alcaldes de Torrevieja y de Orihuela para que tambíen estuvieran enterados. Al final de la carta, Campoamor le dice al gobernador: “¿Por qué no manda usted aquí un puesto de la Guardia Civil, que paga el Ministerio de Hacienda, para evitar el contrabando que tiene todo este territorio infestado de tabaco, que como yo no fumo me tiene mareado?”.
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19) VICENTE BLASCO IBÁÑEZ
El ilustre escritor valenciano Vicente Blasco Ibánez, durante la temporada que pasó en Torrevieja en el verano de 1897, hablando con los marineros retomó la historia del falucho contrabandista "Socarrao", sobre el que escribió los relatos La barca abandonada, Hombre al agua y En el mar, que tratan sobre tragedias ocurridas en la mar en dos laúdes de Torrevieja.
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20) EL ALCALDE INTERINO
El 13 de junio cesaron el alcalde Antonio Mínguez Sánchez y todos los concejales. Fue nombrado alcalde Francisco Gallud Rodríguez, que el día 27 del mismo mes presentó la renuncia al cargo por motivos particulares, y fue relevado por Juan Rovira en calidad de interino. Éste cesó el 10 de julio y fue relevado por el también interino Isidro Ibernón.
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21) EL MOVIMIENTO REVOLUCIONARIO CANTONALISTA
El movimiento revolucionario cantonalista se desencadenó con la retirada de las Cortes de la minoría federal intransigente el 1 de julio, por lo que el Comité de Salvación Pública, constituido en Madrid para coordinar el levantamiento, fue rebasado por los federales de algunas ciudades que se apresuraron a proclamar sus cantones o estados autónomos, sin esperar a que fuese promulgada la proyectada Constitución federal.
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22) PROCLAMACIÓN DEL CANTÓN MURCIANO
Mientras en las Cortes se discutía el proyecto de la nueva Constitución federal, el sábado 12 de julio, el mismo día en que se celebraron elecciones municipales en Torrevieja (de las que salió elegido alcalde Antonio Mínguez Sánchez), se proclamó el Cantón murciano en Cartagena. Al movimiento cantonal contra el Gobierno nacional de la República, iniciado en Cartagena por el diputado Antonete Gálvez Arce, se unieron todos los regimientos y fortificaciones de la plaza y el arsenal militar con los mejores buques de la Armada con base en esa ciudad, entre ellos las fragatas “Numancia”, “Victoria”, “Tetuán” “Méndez Núñez” y “Almansa”, el vapor “Fernando el Católico” (rebautizado con el nombre de “Despertador del Cantón”) y otros buques.
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23) EL CANTÓN DE CARTAGENA
El cantón de Cartagena mantuvo su independencia de la República unitaria centralista española durante seis meses, desde el 12 de julio de 1873 hasta el 12 de enero de 1874.
La llamada revolución cantonal surgió principalmente debido a la enérgica repulsa al régimen unitario de la Primera República y al envío de jóvenes a la guerra de Cuba y a la guerra carlista.
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24) EL LÍDER DEL CANTÓN MURCIANO
El líder del Cantón murciano, diputado por la provincia de Murcia, el carismático revolucionario federalista Antonete Gálvez Arce, de 54 años de edad, natural de la pedanía murciana de Torreagüera, consiguió la sublevación de la escuadra y de los regimientos del ejército de Cartagena, al mismo tiempo que abrió los presidios, armando y enrolando en sus filas a los penados que sufrían condena. En días sucesivos a la proclamación del cantón en Cartagena, se declararon cantones independientes en varias ciudades del levante y del sur español. Torrevieja, en donde había un grupo importante de republicanos federalistas y simpatizantes, fue una de las poblaciones a las que el Cantón murciano intentó incorporar a su causa. Entre los federalistas de Torrevieja se encontraba la líder local de este movimiento, Concha Boracino Calderón (de 42 años de edad, hija de Giuseppe Boracino, natural de Génova que llegó a Torrevieja desde Gibraltar), José Solano Huertas, Vicente Castell Satorre y otros.
Concha Boracino, la figura más emblemática del republicanismo federal en Torrevieja, vivía en el número 34 de la calle de Quiroga (actual Ramón Gallud), cerca de la plaza de la Constitución. Hacía unos tres años que se había quedado viuda (con siete hijos, cuatro mujeres y tres varones, en edades comprendidas entre los 5 y los 19 años) del también militante republicano federalista Tomás Parodi García, patrón y armador del famoso falucho contrabandista “Socarrao”. Carolina, la hermana de Concha Boracino, estaba casada con el súbdito británico, de origen italiano, Pedro Casciaro, gran empresario con negocios mineros y otros, con propiedades en Cartagena y Torrevieja y amigo del líder cantonal Antonete Gálvez. El esposo de Concha Boracino, Tomás Parodi, se había visto envuelto en 1866 en un proceso por contrabando del que salió absuelto gracias al alcalde, que respondió por él presentándolo como honrado patrón dedicado al lícito comercio del cabotaje. Tomás Parodi, perteneciente a los círculos locales republicanos, fue elegido, en 1868, vicepresidente de la Junta Revolucionaria encabezada por Vicente Castell Satorre.
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25) PRESIDENCIA DE NICOLÁS SALMERÓN
El 18 de julio, por renuncia del presidente Pi y Margall, las Cortes nombran a Nicolas Salmerón presidente de la República.
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26) TORREVIEJA SE ADHIERE A LA REVOLUCIÓN CANTONAL
El 19 de julio por la mañana, Torrevieja, donde la causa cantonal contaba con un importante grupo federalista presidido por Concha Boracino Calderón, fue la primera localidad valenciana en adherirse a la revolución cantonal. Estableció un cantón propio, con autonomía separada de Valencia, o sea, un estado autónomo dentro de la República Federal Española. El ejemplo de Torrevieja fue secundado de forma inmediata por Relléu, población de la provincia de Alicante situada al noroeste de Villajoyosa, cuya junta revolucionaria recurrió a la de Torrevieja para situarse bajo su protección. Aquel día por la mañana, una vez tomado el poder, la junta cantonal procedió a destituir al alcalde y a algunos funcionarios, así como a la excarcelación de seis contrabandistas que se encontraban presos en el retén municipal, mientras en la calle los federalistas celebraban el acontecimiento con música, pólvora y repique de las campanas de la iglesia. Una vez replegados a Alicante los destacamentos de la Guardia Civil y de Carabineros, las funciones de seguridad y policía fueron asumidas por las tres compañías de voluntarios de la República.
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27) TORREVIEJA SE ADHIERE AL CANTÓN DE CARTAGENA
Ese mismo día, 19 de julio, la Junta Revolucionaria de Torrevieja, presidida por Concha Boracino, tras realizar una consulta popular, después de renunciar a la pretensiones autonomistas, envió a Cartagena a una delegación presidida por el marino torrevejense José Solano Huertas, para manifestar la intención de Torrevieja de ingresar en el Cantón murciano, y dejar de pertenecer a la provincia de Alicante. A José Solano, la Junta Cantonal de Cartagena lo nombró comandante de la fragata “Victoria”, que en ese momento estaba preparándose para hacerse a la mar rumbo a Alicante.
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28) LA PROCLAMACIÓN DEL CANTÓN EN VARIAS CIUDADES
En días sucesivos a la proclamación del Cantón murciano, se proclamaron cantones en Cádiz, Puerto de Santa María, Jerez de la Frontera, Málaga, Sevilla, Granada, Antequera, Cazalla de la Sierra, Vilches, Santa Elena, Jaén, El Viso, Cuenca, Castellón, Salamanca, Andújar, Algeciras, Toledo, Béjar, Ferrol, Valencia, Alcoy, Alicante y otras ciudades. El movimiento cantonal fue sofocado por fuerzas del Gobierno de la República en todas las ciudades insurrectas, según los casos, en apenas días o semanas, excepto el de Cartagena, que duró seis meses, los cinco últimos sitiada por el ejército de la República.
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29) LA EXPEDICIÓN MARÍTIMA DE GÁLVEZ A ALICANTE Y TORREVIEJA
El 20 de julio, el Gobierno de la República, presidido por Nicolás Salmerón, firmó un decreto declarando piratas a los buques insurrectos del Cantón de Cartagena. Ese mismo día, al amanecer, estando al mando de la expedición Antonete Gálvez, acompañado de varios jefes de la Junta Cantonal, zarpó del puerto de Cartagena rumbo a Alicante la fragata acorazada “Victoria” con la intención de declarar el Cantón en esa capital. A las siete de la mañana del 20 de julio, al pasar la fragata a la altura de Torrevieja, fue avistada por personal de la Ayudantía Militar de Marina, que inmediatamente informó a las autoridades de Alicante.
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30) EL DESEMBARCO DE GÁLVEZ EN ALICANTE
A las 4.30 de la tarde del día 7 de julio, la fragata fondeó en el puerto alicantino. Mientras Gálvez recibía a bordo a una comisión de federalistas de la capital, la presencia de la “Victoria”, con sus potentes cañones, hizo que el comandante militar de la plaza y las autoridades municipales abandonaran la ciudad. Esto y la toma del Gobierno Civil por los federales alicantinos favoreció las intenciones de Gálvez, que desembarcó en Alicante a las cinco y cuarto de la tarde acompañado del personal de la Junta Cantonal.
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31) RUMBO A TORREVIEJA
Después de proclamar el Cantón y de confiscar el vapor armado “Vigilante”, que había sido abandonado por sus jefes, un remolcador de la Junta del Puerto y dos escampavías del resguardo de aduanas, el día 22 a las cinco de la madrugada, la fragata y los buques confiscados zarparon de Alicante rumbo a Torrevieja con el fin consolidar el Cantón en esta villa y conseguir víveres y dinero para la causa. En este viaje a Torrevieja, Gálvez, acompañado por varios miembros de la Junta Cantonal y una tripulación al mando del marino José Solano Huertas, embarcó a bordo del vapor armado “Vigilante”.
Al amanecer, el convoy naval, formado por cinco buques, fue interceptado por la fragata alemana "Frederick Karl", al mando del comodoro Reimhold Wernel, que ordenó a los buques que se detuvieran, por considerarlos piratas según el reciente decreto del Gobierno de la República, en el que se declaraba piratas a todos los buques del Cantón de Cartagena. Gálvez, de forma arrogante, desoyendo las órdenes de Wernel, continuó con el convoy rumbo a Torrevieja, donde el “Vigilante” fondeó en la bahía, a pesar de la recomendación de Solano de dirigirse directamente a Cartagena. La fragata “Victoria”, al mando del segundo comandante, Marcili, el remolcador y las dos escampavías, después de permanecer una hora en la bahía de Torrevieja, zarparon rumbo a Cartagena.
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32) PRIMER DESEMBARCO DE GÁLVEZ EN TORREVIEJA
A las doce de la mañana del martes 22 de julio, Gálvez, acompañado por los jefes de la Junta Cantonal y de varios soldados, a bordo de botes, llegó al muelle del Turbio, donde fue recibido por la Junta Revolucionaria en pleno (presidida por Concha Boracino Calderón), dos compañías de voluntarios de la República, asociaciones culturales, la banda de música y numeroso público local y forastero. Al poner Antonete Gálvez pie en tierra, le tributaron una ovación atronadora, con grandes aplausos y manifestaciones de alegría, mientras sonaban los compases de la banda de la música.
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33) EL ENTUSIASMO DE LOS TORREVEJENSES
El líder cantonal, después de arengar a la muchedumbre en la explanada del puerto, precedido de la banda de música, acompañado de los federalistas locales y seguido de numeroso público, se dirigió a pie al Ayuntamiento. Gálvez ya era un personaje muy conocido en Torrevieja, donde contaba con numerosas relaciones y amistades, entre ellas Pedro Casciaro. Al multitudinario recibimiento de Gálvez contribuyó la animación de aquel verano, en que estaba instalada la feria con las clásicas casetas de madera en el paseo marítimo, cercano al muelle del Turbio, y el gran número de forasteros que en aquellos días se encontraban en el pueblo. La comitiva continuó hasta el Ayuntamiento, donde se formalizó la incorporación de Torrevieja al Cantón murciano, con la segregación de la provincia de Alicante y del Reino de Valencia. Durante su estancia en Torrevieja, Gálvez, entre otras cosas, procedió al nombramiento de una Junta Local de Salvación Pública, reclamando la ayuda económica que pudiera recaudarse y acordando que el “Vigilante” viniera periódicamente a Torrevieja para recoger el dinero de los beneficios de la Aduana y de las Salinas, que desde ese día pasaron a depender directamente de la Hacienda cantonal. Aunque las pretensiones de Gálvez eran recaudar 500.000 reales con destino al sostenimiento del Cantón, a las once de la noche, después de haber sido retenido cuando salía de la villa el administrador de los fondos del Ayuntamiento Salvador Llanos Talavera, el total de lo recaudado a esa hora ascendía a 70.000 reales, procedentes de los fondos del Ayuntamiento, la administración de las Salinas, la Aduana y de algunos contribuyentes a cambio de algunas partidas de sal a bajo precio. Gálvez, después de cenar, fue invitado a pasar la noche en la residencia de Concha Boracino Calderón, en la calle de Quiroga. El día 23, a la una de la tarde, repitiéndose las manifestaciones del día anterior, Gálvez, después de despedirse en el muelle de los miembros de la Junta Federalista Local y del numeroso público presente, siguiendo los consejos de García Alcántara y José Solano de no permanecer más tiempo en Torrevieja, embarcó en el “Vigilante”, que enarbolando la bandera roja del Cantón zarpó rumbo a Cartagena. Torrevieja fue cantonal apenas siete días, desde el sábado 19 en que se proclamó el Cantón, hasta el viernes 25 de julio en que se restableció de nuevo el gobierno municipal leal a la República.
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34) LOS SUCESOS DE LA SIERRA DE MIRAVETE
Hay un suceso anterior relacionado con Gálvez y Torrevieja, cuando el líder revolucionario se refugió en la cresta del Gallo, en la sierra de Miravete, con los mozos de las quintas de Murcia que se negaban a hacer el servicio militar. Una vez sofocada la rebelión de los quintos, perseguido por la justicia, Gálvez llegó a Torrevieja el día 10 octubre de 1869, donde se ocultó unos días en la casa de Pedro Casciaro Lobato, hasta que huyó a Orán en el falucho contrabandista de Tomás Parodi García, marido de Concha Boracino Castejón, al que posiblemente ya conocía.
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35) APRESAMIENTO DE GÁLVEZ
A primeras horas de la tarde, cuando el “Vigilante” se encontrada aproximándose a la entrada del puerto de Cartagena, se le interpuso la fragata acorazada alemana “Friedrich Karl”, al mando del comodoro Werner, cuya tripulación procedió a su apresamiento por estar entre los buques declarados piratas por el gobierno de Madrid y por la bandera roja que llevaba izada, desconocida intenacionalmente por las Marinas.
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36) EL RESTABLECIMIENTO DEL ORDEN
El día 26, una vez disuelta la Junta Federalista local, volvieron a ocupar sus cargos en el Ayuntamiento el alcalde Antonio Mínguez y los concejales que habían sido desalojados. Como primer acto de gobierno acordaron la destitución de un aguacil, un guardia municipal y un macero. Al cambio de situación influyó el envío por el gobernador de Alicante de una columna de la Guardia Civil para disolver y arrestar, si era preciso, a los grupos cantonales de Torrevieja y de otros pueblos de la comarca del Bajo Segura. El 20 de agosto, el juzgado municipal, a causa de los expedientes abiertos por rebelión armada de sedición, ursurpación de bienes públicos y otros, solicitó al alcalde información y nombres de los concejales que en días anteriores se habían sumado a los cantonales, colaborando con la Junta Revolucionaria local disuelta el día 25 de julio. Ante la solicitud del juzgado, el alcalde remitió la lista completa de la Corporación que regía el municipio el día en que ocupó el Ayuntamiento la Junta Revolucionaria, manifestando que no podía dar nombres de los insurrectos por no conocerlos ni tener constancia escrita alguna, ni actas ni documentos que lo demostraran, aunque sí facilitaría información de los hechos ocurridos. La citación al juzgado de algunos federalistas hizo que José Solano y otros embarcaran rumbo a Orán, huyendo de la justicia.
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37) COMIENZAN LAS OPERACIONES DEL CERCO DE CARTAGENA
El 14 de agosto, bajo el mando del general Arsenio Martínez Campos, comienzan las operaciones preliminares del cerco de Cartagena, hasta que fue relevado por el general Francisco Cevallos, al que posteriormente sustituyó el general José López Domínguez.
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