Revista Cultural Digital
ISSN: 1885-4524
Número 2 – Primavera 2006
Asociación Cultural Ars Creatio – Torrevieja

  Renaces tú  
Habanera
 
Renaces tú, habanera interpretada en directo por el coro Maestro Casanovas, de Torrevieja, durante el Certamen de Habaneras y Polifonía del año 2004. Esta grabación es propiedad del Patronato Municipal de Habaneras y Polifonía de Torrevieja. Nuestro agradecimiento por su colaboración.

LAS ENTRAÑABLES HABANERAS - II

     
  LA FAMILIA SANTÁNGEL

A Luis de Santángel el Viejo, el rey le concedió el primer arriendo de las salinas de La Mata en el año 1460, igualmente su hijo Luis de Santángel el Joven, Maestre Racional–Jefe financiero- del reino de Aragón fue arrendatario de las mencionadas salinas hasta su fallecimiento a finales del año 1497. En las Capitulaciones de Santa Fe, entre otros beneficios y concesiones, se concedió a Cristóbal Colón, el nombrado Almirante de la Mar Oceana, la potestad y los medios necesarios para poder llevar a cabo la empresa que dio lugar descubrimiento de América. En aquellas importantes y tensas conversaciones, estuvo presente, Luis de Santángel el Joven, que además de su importante cargo de Maestre Racional era amigo y protegido del rey Fernando, esposo de la reina Isabel de Castilla. Para la financiación de la expedición colombina, cuyo coste total era de 8.375.000 maravedís, Luis de Santángel, que años antes había conocido a Colón en Córdoba, hizo un préstamo personal al rey Fernando de 17.000 ducados de Aragón, equivalentes a 6.375.000 maravedíes de Castilla, además de otro préstamo oficial a la corona de 1.400.000 maravedíes, capital adelantado del arrendamiento de las mencionadas salinas de La Mata que Luis Santángel tenía concedidas en monopolio en aquellos años. El resto del importe de la expedición, fue aportado por algunos judíos comerciantes y banqueros amigos de Colón, como es el caso los hermanos Pinzón. En el viaje de regreso a España, Colón escribió varias cartas informando con detalle del resultado de la expedición, de los descubrimientos y de cuanto había visto. Todas estas cartas, escritas que estaban escritas en castellano y en parecidos términos, fueron dirigidas al rey Fernando, a Luis de Santángel y al secretario del reino de Castilla. Cuando falleció Luis de Santángel el rey concedió a su familia y descendientes importantes privilegios que disfrutaron durante más de 60 años. Con esto podemos comprender la importancia que este personaje tenía en la corte aragonesa en aquel tiempo.

 

EL COMERCIO DE LA SAL Y LOS VIAJES A CUBA

La llegada a Torrevieja para cargar sal de numerosos barcos mercantes procedentes de varias naciones, dio lugar, a que se abrieran en la villa varios viceconsulados, que en el año 1920 llegaron al número de 10. Estas representaciones, correspondían a Argentina, Austria, Brasil, Reino Unido, Italia, Noruega, Portugal, Cuba, Dinamarca y Uruguay. Los viajes a la isla de Cuba iniciados en el siglo XIX continuaron con más o menos intensidad hasta principios de los años 20 del siglo XX. Durante la Primera Guerra Mundial, fueron varios los barcos de vela de la marina mercante de Torrevieja los que viajaron a Cuba y a otros países del Caribe. Además de los libros de historia publicados en Torrevieja como Los últimos veleros de Mediterráneo de José Huertas Morión y otras publicaciones que tratan este tema, en Torrevieja contamos igualmente con la memoria histórica, ya viven en la actualidad algunas personas que rondan los 98 años de edad que conocen las antiguas historias de aquellos viajes por haberlas escuchado de sus abuelos y familiares mayores, algunos de ellos capitanes y patrones de aquellos legendarios barcos de vela que cruzaron el Atlántico rumbo a la bella y querida isla antillana de Cuba.
   

 

AQUELLOS RECORDADOS BARCOS DE VELA

Entre aquellos barcos de vela de Torrevieja de todo tipo de aparejo que hacían la carrera de América cargados de sal y teja alicantina, estaban los siguientes: Bergantines “Joaquina” del comerciante Joaquín Chapaprieta. Este barco, durante la primera Guerra Mundial fue torpedeado por un submarino alemán a la altura de las Islas Canarias cuando regresaba de Cuba a Torrevieja cargado de caoba; “Frasquito” del armador Francisco Blanco Mateo; “Muñisalva” que aunque era propiedad de una naviera de Barcelona estaba al mando del patrón de cabotaje de Torrevieja Francisco Martínez Serrano; “Hermanos Ballester” de los armadores Hermanos Ballester. Entre los bergantines goleta estaban entre otros el “Viajero” de los Hermanos Ballester; “Marcelina” que estaba al mando del patrón de cabotaje José Rodríguez Reyes; Polacra goleta “Hernán Cortes” que en 1920 realizó su último viaje a América ; “María Asumpta”propiedad de la armadora Antonia Gallud Calderón ; “Saffi” propiedad de la familia Lorca y el “Rosendo”.Entre las Bric barca estaban la “Pepita Pares” que realizó viajes a América con el contramaestre, sobrecargo y marineros de Torrevieja.Entre los pailebotes o goletas que viajaron a Cuba estaban el “Salinero” y el “Saladar” ambos propiedad de la Compañía Salinera construidos en Torrevieja en 1917 de unas180 TRB, el primero que al mando del capitán de Torrevieja Francisco Giménez Gallud que ese mismo año en que obtuvo la patente de navegación realizó un viaje a México; el “Parodi Hermanos” viajó a Cuba y México con el patrón de cabotaje Antonio Segarra; el “Mariajes” construido en los astilleros de Torrevieja por los maestros Carpinteros de rivera Ripoll y Segarra; el“Rosendo” al mando del capitán Agustín García, el “Pascual Flores”y el “Carmen Flores” construidos en Torrevieja en 1917 de unas 169 TRB y 150 toneladas de carga; el “Parodi Hermanos” de los hermanos Parodi;el “Isabel” de 1.200 TRB que realizó varios viajes a América con el patrón de cabotaje Francisco Martínez Serrano; “Joven Pura” del armador Domingo Giménez. Estos y otros barcos de vela, aunque principalmente viajaban a Cuba, también se dirigían a otros puertos del Caribe y del continente.    
 

Generalmente, en sus viajes de ida, llevaban sus bodegas cargadas de sal de estas salinas, las tercera en importancia del mundo, y de teja plana alicantina que entonces era muy apreciada para la construcción de viviendas. También transportaban vino de Alicante otras mercancías. En el viaje de vuelta de la bella isla antillana, traían en su bodegas madera de caoba y de cedro, caña de azúcar, café, cacao, tabaco y otros productos tropicales. Se da la circunstancia, que de aquella importante flota de vela del Mediterráneo español se han salvado dos pailebotes, el “Pascual Flores” y el “Carmen Flores” ambos construidos 1917/18 en los astilleros de la playa Torrevieja En la actualidad, el primero se encuentra en periodo de obras de restauración en Torrevieja, y el segundo que fue restaurado hace unos años, está atracado en el puerto de Barcelona con el nombre de “Santa Eulalia”, como buque anexo al Museo de las Atarazanas.
           
LA MOTA Y MADERA

       

En ocasiones, para emprender un negocio relacionado con los barcos y el comercio marítimo, se creaba una sociedad marítima conocida popularmente con el nombre de Mota y Madera. Esta sociedad, se financiaba con aportaciones económicas o “partes” de un grupo reducido de personas que aportaban el capital necesario para construir un buque – la Madera-al mismo tiempo se financiaba la carga –La Mota -. El capital aportado por los socios se dividía en determinadas partes según el capital aportado. A veces, coincidía que algunos de los socios era el mismo el capitán o patrón de cabotaje que se hacía cargo del mando del buque. Las Titulaciones de patrón mayor de cabotaje del barco que alistaba. Cuando un barco que estaba al mando de un patrón de cabotaje tenía que realizar un viaje a América, aunque sin desembarcar éste, se contrataba a un a un capitán . En la empresa de Mota y Madera, podía darse el caso, de que un socio aportase 2/3 partes del valor del buque y otro socio el tercio restante. En el caso de la carga ocurría lo mismo. Esto no quiere decir que no hubiesen barcos de vela cuyo propietario era un solo armador. El el caso de la Mota y Madera, el reparto de beneficios, si los había, se hacía al final del viaje de vuelta a Torrevieja. Con este procedimiento, se dieron algunos casos que en un viaje a la Isla de Cuba llamado el llamado “viaje redondo” la sociedad de Mota y Madera, además de no obtener tener ningún beneficio, finalizaba con perdidas económicas producidas por los temporales, naufragios, incendios y otras situaciones adversas que siempre las hubo. Pero también ocurrió más de una vez, que con los beneficios del viaje redondo, generados por el transporte y posterior venta la carga, tanto en el viaje de ida como en el de vuelta, la sociedad llegó a obtener tales beneficios que le permitían rentabilizar el importe íntegro del valor del barco.


 

REFLEXIONES

       

Hoy, con 66 años de edad, y felizmente jubilado, después de haber navegado 25 años en distintos buques de la Armada Española, entre ellos, fragatas, destructores, dragaminas, petroleros y buques de salvamento de altura, y siempre residenciado en ciudades marítimas, como Ferrol en Galicia, San Fernando en Cádiz, en Cartagena y ahora en Torrevieja, es cuando tengo tiempo suficiente para recrearme en las cosas que siempre me han gustado, como son las habaneras, que comencé a escucharlas desde niño y las canté en la juventud con los amigos rondas y fiestas y en reuniones familiares, como es costumbre entre los torrevejenses. Sobre estas canciones, tan arraigadas por tradición en Torrevieja y en otras poblaciones de España, quisiera comentar y opinar algunos aspectos de su historia, que inevitablemente de una u otra forma está relacionada con Cuba, España y en este caso con Torrevieja por méritos propios.

 

LA HABANERA, CANCIÓN DE IDA Y VUELTA

Sobre el origen de la habanera, escritores y musicólogos han dado al menos dos versiones. Según Alejo Carpenter en su libro La música en Cuba considera que Manuel Saumell (1817-1870) es el padre de la habanera, por la composición de una contradanza titulada La amistad. Según en mencionado Carpenter, la contradanza al llegar a Cuba tomó el nombre de danza habanera. Ya en Cuba, la contradanza francesa se transforma en la contradanza cubana, que da origen a la habanera y a la danza. En este proceso, influyó la insurrección de esclavos que hubo en la antigua colonia francesa de Haití en el año 1791. Esta colonia, se estableció cuando el reino de España cedió a Francia la parte oeste de la isla de Santo Domingo en el en 1667 que tomó el nombre de Haití. Con motivo de la mencionada insurrección, muchos franceses se trasladaron a la isla cercana de Cuba, y a partir de ese momento, en sus relaciones sociales, introdujeron la contradanza en la isla con algunos bailes de salón, como el minueto y otros. Otros musicólogos, relacionan la influencia que tuvo el tanguillo gaditano en la Habanera, composición musical, que al llegar a Cuba los criollos, mulatos y negros le dieron un ritmo más lento y cadencioso.

Más tarde, la habanera vuelve a España, en las voces y en los corazones de los marineros de los barcos de vela y vapores de la marina mercante, que en la segunda mitad del siglo XIX hacían la carrera de Cuba, y también, en la de los marineros de la Armada Española y soldados del ejército que durante esa etapa estuvieron en Cuba. Sea de una manera o de otra, la habanera se convirtió en una canción popular, y como tal se cantaba y se bailaba. Según el uruguayo Lauro Ayestarán, la primera danza habanera, llamada habanera, se remonta al año 1825. Según Otto Mayer Serra, en su libro Panorama de la música mejicana, es en el año 1836 cuando aparece la primera habanera impresa en Méjico titulada “La Pimienta”. En el año 1842 se publica un habanera en una partitura de autor desconocido titulada El amor en el baile. ¿Cuántas veces hemos escuchado habaneras en películas de época ambientadas en México o en los Estados de la Unión fronterizos con este país?. Yo recuerdo entre otras “La Paloma” y la “Golondrina”. “Yo te diré” y otras que se cantan en películas americanas y españolas como Los últimos de Filipinas.
         

¿QUÉ SON LAS HABANERAS?

Las habaneras, escritas en compás musical de dos por cuatro, son canciones cuyas letras hablan de Cuba, de España, de amor, del mar, de las olas, de barcos de vela, de capitanes, de bohíos, de cafetales, de platanares, de soldados, de criollos, de mulatas, de negros, de añoranzas, de amores imposibles, playas de fina arena, de golondrinas, de temporales, de viajes en barcos de vela, de despedidas, de lindos atardeceres y de todo lo bello y lo humano, que la noble imaginación de los compositores de todos los tiempos han sido capaz de transmitir en esta apacible y relajante canción, cuya música y letra embelesa y da sosiego a cuantas personas las escuchan. Desde que los marineros españoles escucharon por primera vez la habanera, la asumieron como suya cantándola en la mar y en tierra.

 

 

LAS HABANERAS EN LA ZARZUELA, EN LA ÓPERA Y EN EL CINE

A lo largo de los años, la ópera y la zarzuela han introducido algunas habaneras en algunas de sus obras, ampliando con ello el campo y el prestigio musical de la habanera. La habanera, aparece en la opera Carmen estrenada en 1875 del francés Jorge Bizet (1838-1875); en Marina de Campodrón y Arrieta estrenada en el año 1855; en las zarzuelas El anillo de hierro de Pedro Miguel Marqués en la que se canta “El sol de despedida” en la Verbena de la Paloma la titulada “¿Donde vas con mantón de Manila?”, habanera que goza de gran popularidad en esta zarzuela de Tomás Bretón de los Herreros estrenada en el año 1894; la habanera “Ay va, ay va, Babilonio, ¡qué mareo!”de La corte del faraón; la habanera “Canta y no llores” de la Zarzuela Don Gil de Alcalá del maestro Penella (1880-1939) que fue estrenada en el año 1934; la habanera “Niña Mersé” de la Zarzuela Luisa Fernanda de Federico Moreno Torroba con letra de Manuel Tamayo. Muchos compositores cubanos compusieron habaneras como “La Flor de Yumurí” de Jorge Anckermann; “La Habana que vuelve” de Moisés Simón y Rodrigo Prat; “Cuando la Habana era inglesa” de José Marín Verona y Ernesto Leucona; Y así muchísimas habaneras antiguas y modernas, muchas de ellas de las llamadas habaneras populares.

             
     
¿CÓMO LLEGARON LAS HABANERAS A ESPAÑA?

En mi opinión, las habaneras llegaron a España, en las voces y en los corazones de los marineros españoles, catalanes, valencianos, mallorquines, murcianos, andaluces, gallegos, asturianos y vascos. Igualmente, las trajeron los miles de soldados y marineros y guardia civiles españoles de todas las provincias de España que estuvieron destinados en los buques de la Armada, en los apostaderos de la Habana y Santiago, en los regimientos de guarnición en la isla, y en los regimientos expedicionarios de infantería, caballería y artillería, al menos desde la primera Guerra de Cuba, la conocida como el Grito de Yara o Guerra de los Diez años, que comenzó el día 9 de octubre 1868 con la reunión del líder cubano Carlos Manuel Céspedes y otros independentistas que se reunieron ingenio Damajagua de su propiedad, cercano al pueblo de Yara, en donde juraron vengar los agravios de España a la patria cubana o morir en la contienda. Después de la reunión, se dirigieron al pueblo de Yara en donde dieron el grito de Cuba libre. Esta guerra finalizó el 10 de noviembre del año 1878 con la Paz de Zanjón que fue gestionada por el general Martínez Campos (1831-1900) y en ella se concedía a Cuba las ventajas que entonces disfrutaba Puerto Rico.

 
Después de esta guerra continuaron sucesivas intentonas revolucionarias que tomaron el nombre de Guerra Chica o Chiquita. La Segunda Guerra de Cuba dio comienzo en 1895 con el Grito de Baire con el cual se inició el levantamiento dirigido por José Martí, alma del movimiento independentista cubano desde 1880. Y por último, la guerra hispano americana de 1898, iniciada injustamente tras el hundimiento en el puerto de La Habana por una explosión interna del acorazado “Maine” de la Armada de los Estados Unidos. Con esto, quisiera decir, que hubo momentos durante la llamada Guerra de Cuba, que el número de marineros, soldados y guardias civiles que estaban en las isla rondaba los 70.000, cuyas estancias según los casos, eran de dos, tres o cuatro años, siempre que no fallecieran en combate o a consecuencia la temible malaria. En la guerra del 98, España perdió Cuba, Puerto Rico, Filipinas y la isla de Guam en el Pacífico, según quedó de manifiesto en el tratado de París entre España y los EE.UU de América que fue firmado el día 10 de diciembre del 1898. Cuba con la importante Ayuda de lo EE:UU. ganó su independencia, con la salvedad de la tierra cubana de Guantánamo que quedó en poder de los americanos.
Con lo anteriormente expuesto, y siguiendo con las habaneras, es fácil comprender, que también los marineros de la Armada española y soldados, contribuyeron a la llegada de las habaneras a España. No es la primera vez, que los estudiosos de la habaneras comprueban como en un determinado pueblo de interior de España se canta una habanera hasta ese momento poco conocida que un día trajeron algunos de sus antepasados que estuvieron en las campañas de Cuba. Y por último, aunque en menor medida, la trajeron algunos criollos de familias ricas propietarias de cafetales e ingenios de azúcar que venían a España a estudiar en alguna Universidad, en viajes de negocios, o bien con sus propios padres, que por asuntos familiares o nostálgicos volvían a Asturias, Galicia y a otras regiones para ver las tierras que les vieron nacer o de sus antepasado o para quedarse definitivamente, como en algunos casos, con los llamados Indianos de Asturias y Santander que al regresar ricos de Cuba solían comprar tierras y construir sólidas y artísticas quintas o casonas en la tierra que les vio nacer. Una antigua institución que conoce muy bien las historia de los asturianos que emigraron a Cuba es el Centro Asturiano de la Habana con sede en La Habana y otro centro con igual nombre de Gijón (Asturias) que está situado en Paseo de Begoña.
   
   
   
   
 
Adiós, adiós, lucero de mis noches
 
Canta un soldado al pie de tu ventana
 
Pues ya me voy, no llores alma mía,
 
que volveré mañana
   
   
   
 

 

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