SILENCIO

Sólo me queda el silencio,

sólo resta callar,

fundir el tiempo en un letargo de paz.

Te espero, llegas, te entregas y te vas.

Me dejas tu aliento, y la esperanza

con lágrimas de miel por el recuerdo reciente.

Sigo mis pasos, me alejo para volver y

para que me busques.

Necesítame

como las notas que impregnan tus dedos.

Añórame

como el sudor de las mañanas del izado de bandera,

Implórame

como el viento de la tarde.

Noches violetas nos mecerán

mientras hallas la respuesta.

Una cueva gris es tu refugio

como gris es tu mirada sin mí.

Vives sin mí sin saber que vives por mí

y teniéndome más cerca que nunca

me tengo que alejar.

Sígueme, averigua dónde voy,

muere por mí y revive al encontrarme.

Duerme, descansa, sueña.

Despierta, abre la puerta, actúa

o déjame tu recuerdo y tu huella

tatuadas en el alma

para que todos sepan

de quién soy.

LA FUERZA DE MIL HOMBRES

La fuerza de mil hombres hoy veo en ti.

Rozas la victoria y algo te detiene

mas ya no retrocedes,

una luz púrpura,

una risa de niña eterna

dirige tus pasos.

Ya no silencian tu voz

los cientos de clarines

que te acompañan en las tardes.

Sabes que el mañana resonará,

más afinado, con una melodía nueva.

Ya no ellos, ni siquiera yo,

marcan el son de tu existencia.

Eres tú el que construye

su armonía de agua

como un salvoconducto

para pasar al otro lado.