Revista Cultural Digital
ISSN: 1885-4524
Número
1 – Invierno 2006
Asociación Cultural Ars Creatio – Torrevieja

Nos han enseñado, desde pequeños, que Dios creo el mundo en siete días, y que lo primero que creo fue la luz y la tiniebla. Esto no fue así. Lo primero que Dios creó fue el ritmo. Todo el universo se mueve por que hay ritmo. Nosotros nos movemos gracias al ritmo. Toda la sociedad, durante toda la historia, se ha movido por el ritmo. Una vez sabemos esto, nos damos cuenta que la música ha estado con nosotros desde siempre. Ya sé que lo que acabo de exponer anteriormente, no viene a cuento, pero creo que es necesario aclarar esto para lo que quiero exponeros a continuación. Me considero un amante de la música, y mi punto débil es la canción de autor, y por ello me veo con el deber de decir qué me gusta y qué no. Desde los siglos VI oVII a.C., ya existía la canción de autor. Las tribus nómadas recogían en cantos lo que a ellos o a sus antecesores les venía ocurriendo. Todo ello esta expresado en los Salmos del Antiguo Testamento. Personalmente, estos salmos merecuerdan más a la canción protesta de Víctor Jara, que a plegarias a Dios. Posteriormente, la canción de autor se vio modificada con la llegada de la Edad Media, y sus juglares y trovadores. Éstos viajaban de pueblo en pueblo cantando las hazañas o sucesos que acontecían en países lejanos o en sus mismos pueblos. Estos dos ejemplos que hemos citado nos dan la esencia pura de lo que es la canción de autor: una manera de expresar la sociedad, sus problemas y soluciones posibles, por medio de la música.Nos introducen a lo que durante las décadas de los 60 hasta principios de los 90, han utilizado todas aquellas personas que han apostado por esta manera de expresarse. En estas décadas se esta viviendo una etapa donde la cultura, en todas sus variantes, ha encontrado unas cadenas que deben ser quebradas. En España, se está viviendo una dictadura y, posteriormente, una transición, que sirve de abono para la voz de la canción de autor. Serrat, J. Sabina, J. Krahe, Aute, etc… se están haciendo un hueco entre los jóvenes que quieren, pero no pueden, echar su voz “al vent”, como nuestro representante mas cercano, con sus 18 años, nos hará soñar con algo mejor, nos dará fuerza para mirar siempre hacia adelante. Estoy hablando de Raimon. Mientras en toda España el fenómeno de la canción de autor ya ha conseguido una representación fuerte en esa sociedad, en Valencia, y en algunos puntos de norte de España, se está viviendo un cambio de visión “del hoy”, todo ello gracias a la nova cançó. En EE.UU., que voy a deciros que no sepáis, M. L. King, el movimiento hippie, etc…Quién no conoce a los máximos representantes:- Dylan, L.Cohen, R. Havens, etc… si no hubiera sido por ellos no tendríamos a ninguno de los nuestros. Si nosotros no estábamos muy bien aquí, que se lo digan a América Latina. Tengo que destacar al que, personalmente, considero el mártir de la canción de autor, Víctor Jara. Por revolucionar a su pueblo, gracias a sus canciones, le cortaron las manos y después le condenaron a muerte. Perdonadme por ir tan rápido, pero no quiero escribir un artículo histórico sobre la canción de autor, sino a la respuesta a una pregunta que me hago cada vez que escucho a los cantautores contemporáneos, como I. Serrano, Q. González, Chaouen, y tantos y tantos que se han “autoproclamado” o los hemos proclamado cantautores. Pues bien, si decimos que son cantautores, me gustaría añadir que son CANTAUTORES DE MIERDA. Ha pasado un tiempo desde que Serrat nos embriagó cantando a Machado o a Miguel Hernández, desde que Aute nos puso la piel de gallina con Al alba, o que Sabina nos hiciera preguntarnos por quién nos robó nuestro mes de Abril. Nadie se atrevía a cogerles el relevo de poner voz a tanto silencio. Durante finales de los 90, creíamos que eso estaba solucionado. Una nueva generación de cantautores dominaba los escenarios del famoso “circuito madrileño”, una serie de garitos que apuestan por gente joven y nueva. Nos ilusionamos con Ismael Serrano y su papa cuéntame otra vez; con Tontxu y su partida de Risk, y tantos otros que podían hablar por nosotros. Han pasado los años, y cada uno de estos jóvenes promesas no se están arriesgando en ninguno de sus cinco discos, como mínimo que tienen a sus espaldas. No estoy diciendo que por ello deje de escucharlos, no. Ya sé todas y cada una de las canciones que hay en cada disco, pero deben dar un paso adelante. Les falta el compromiso, el pararse durante un instante y mirar hacia atrás. El darse cuenta que son muchos los jóvenes, entre los que me incluyo, que quieren seguir sus pasos. Pero no así. Que son muchas las personas que buscan en sus letras algo nuevo, algo fresco, que digan, por medio de sus canciones, todo aquello que intentamos arreglar tomando un café. Me refiero a todos eso pensamientos que cada uno de nosotros, quisiéramos decir a políticos, a profesores, a cualquier persona que dicen estar a nuestro servicio, pero no es así. Es que ya ni aquellos hombres que lucharon con sus canciones por un mundo mejor, se atreven. Yo quiero que me hagan sentir emociones con sus canciones, su música y sus letras. Destaco el nuevo disco de J. Sabina titulado Alivio de luto, el cual ha llegado a tal éxtasis en sus letras, que ya no transmite nada. Dicen que la esperanza es lo último que se pierde, pues bien, todavía queda algunos resquicios de esperanza. Nacho Vegas e Iván Ferreiro son dos claros ejemplos de que no ha muerto la canción de autor. Viniendo lo dos de grupos no muy vinculados a esta rama, con sus discos nos están mostrando que existe una sociedad diferente que tenemos que buscar. Migueli, un cantautor que se autoproclama “ el micrófono de la gente”, en una de sus canciones nos invita a que no sólo debemos hablar con el corazón no sólo con la razón, sino que muchas veces hace falta hablar con la gafas. Mirar a nuestro alrededor. Esta es mi visión de la canción de autor, de la cual, como dice Diego Cantero, queda un Resquicio de Sol. |