Revista Cultural Digital
ISSN: 1885-4524
Número
18 – Primavera 2010
Asociación Cultural Ars Creatio – Torrevieja

Diez menos cuarto. Por fin. Todas las tareas acabadas. Las que no, pueden esperar a mañana. Ahora no me acuerdo de ellas ni quiero pensar en eso. Es curioso. Creo que es uno de esos pocos días en que no llevaré deberes a la almohada. ¿Por qué no será así más a menudo?
A través de la ventana llega débilmente la luz del tranvía que se detiene cercano. Pese a ser un tercer piso, es fácil descubrirlo. Todavía sale gente y más gente de sus puertas. Cada uno lleva su propia vida a cuestas y sus propios sueños. Todos los tenemos. Es un modo de vivir un momento mejor que el presente. Ahora sólo tengo este presente encerrado en el ritmo de esta ciudad y adornado con las paredes de un piso de alquiler. Tal vez no tenga ni eso. Quizás tampoco este vaso con té medio hirviendo que acabo de servirme. Tampoco. La posesión de un momento es pura ilusión.
¿Y esas gentes? ¿Dónde están sus sueños? Seguramente en la fuerza que sacan cada mañana para realizar el bien aprendido ritual de colocarse en su rol de ciudadanos estándar. Un papel que saben que están interpretando y del que muchos desean escapar. Después de todo, no somos tan diferentes. Quizá todo fuera más fácil si no soñáramos. Si nos limitáramos a cumplir con una tabla de obligaciones que alguien nos dio y no pensáramos en nada más. ¡Qué tontería! ¿Quién puede desear algo así?
Hoy y ahora he decidido no darle más vueltas a nada. Por mucho que me empeñe en negarlo, ese tranvía seguirá trayendo y llevando gente a un ritmo frenético. El mismo ritmo que nos toca vivir cada día… ¿Qué es lo que suena? Ah, conozco esa pieza de música que suena en la radio. Un poco más de volumen. Por un momento parece como si fuera de día. Uno de esos días en los que el aire limpio te da en la cara y te hace sentir más vivo. Es realmente preciosa esta melodía. Hasta podría atreverme a decir que me siento acompañado. Sí, señor. El té está delicioso.
Este momento es mío.