Revista Cultural Digital
ISSN: 1885-4524
Número
18 – Primavera 2010
Asociación Cultural Ars Creatio – Torrevieja

A Santiago…
Se pintó la cara y
se calzó los zapatones.
Cargó su mochila
de risas y canciones.
Despidió, rutinario,
con un beso a sus amores
y salió rumbo al trabajo,
como hacía cada noche.
Aunque con un peso extra,
hoy le pesaba un reproche.
Su pichón, el payasito,
esa noche no rio.
Y despidió al gran payaso
con mueca cruel de dolor.
Lo miró sin decir nada
pero el abrazo faltó.
Y el payaso salió herido
a cumplir con su función.
Ya no importaba el aplauso
ni la alegre carcajada,
esa noche eran lo mismo
la pena y la risa vaga.
Sin la alegría del niño,
todo le importaba nada.
Mas cumplió su cometido:
hizo reír -y rio-
a unos por la alegría,
a otros por la emoción.
El niño le había expresado
su creciente malhumor.
Pero ganarse la vida,
si bien era algo mayor,
era duro de explicar
para el saber de un menor.
Nadie notó que en el circo
esa noche algo faltó.
Estuvo el cuerpo vestido,
no estuvo su corazón…
En el portal de su casa,
bien cerquita del pichón,
velaba el sueño dolido,
como pidiendo perdón.