Revista Cultural Digital
ISSN: 1885-4524
Número
76 – Otoño 2024
Asociación Cultural Ars Creatio – Torrevieja

Trina Mercader
Trina
Mercader, nacida el 24 de marzo de 1919 en Torrevieja e hija
de Jenaro Sánchez Samper y de Trinidad Mercader Mateo, destacó por ser una de
las primeras mujeres poetisas que dedicaron gran parte de su carrera a
reconocer a los poetas hispano-marroquíes y sus producciones literarias.
Al fallecer el padre, la madre de Trina tomó la decisión de trasladarse a
la ciudad de Larache a finales de la década de los años 30 para hospedarse en
la casa de su prima María López Mercader, buscando un respaldo y una comodidad
para su hija y para ella que en España no podía obtener siendo una mujer viuda
y con una pequeña pensión como único ingreso. Allí fue donde Trina, una vez
finalizada su formación académica, pasó a trabajar como administrativa en la
Junta Municipal de Larache.
Al poco tiempo de llegar a la ciudad, comenzó a alternar en los círculos
poéticos y descubrió la obra de los jóvenes poetas marroquíes, desconocida
hasta aquellos momentos fuera de sus fronteras. Trina consideraba que había que
dar voz a esa producción lírica y sentía que tenía la obligación de hacer algo,
de promocionar esas voces y esa cultura que poco a poco la iban cautivando. Que
deseaba unir lo español a lo marroquí, crear un diálogo poético entre las
culturas musulmana y cristiana, construir un puente literario entre las dos
orillas y, para ello, se lanzó con gran pasión a dar vida a un proyecto
atrevido y novedoso.
Cuando conoció al magistrado y poeta Cesáreo Rodríguez-Aguilera, que
apreciaba el valor de su poesía, Trina se animó a publicar en 1944 su primer
libro de prosa poética, Pequeños poemas, y
lo firmó con el pseudónimo de «Tímida», anagrama de Itimad, la joven esclava,
reina-niña, esposa del rey poeta Al-Mutamid de Sevilla.
Números de la revista Al-Motamid,
disponibles en la Biblioteca Islámica con signatura 4H-902. Se aprecian algunas
de las portadas paralelas en árabe y las dos etapas de la revista
Con el paso del tiempo, Trina seguía soñando y poniendo todo su empeño y
una gran ilusión en la publicación de una revista en la que tuvieran cabida
tanto los poetas marroquíes como los españoles. Gracias a su tenacidad, su
proyecto vio la luz y en 1947 apareció el primer número de la revista Al-Motamid. Verso y prosa, una
revista bilingüe en árabe y español en la que colaboró el traductor e
hispanista larachense Dris Diouri para la sección árabe.
También contó con el apoyo de Jacinto López Gorgé y Pío Gómez Nisa, de
Melilla. Y con los poetas árabes de Oriente, que colaboraron con ella incluso
desde Argentina, como Benedicto Chuaqui. Igual que hicieron los jóvenes
arabistas españoles Fernando de la Granja, Ángel González Palencia, Soledad
Gibert y Enrique Perpiñá.
La revista tuvo dos etapas: la primera, de 1947 a 1952, que se editó en
Larache (24 números), y, la segunda, de 1953 a 1956, publicada en Tetuán (9
números), con un total de 33 números, por lo que se convirtió en la revista de
poesía que más perduró en aquellos tiempos.
La experiencia que Trina había adquirido en el mundo editorial le hizo
plantearse un nuevo reto, que se concretó en 1954 con la creación en Tetuán de
la colección Itimad (Ediciones
Al-Motamid), que ella misma fundó y dirigió y donde colaboraron autores como
Mohammad Sabbag, Carmen Conde y el arabista Pedro Martínez Montávez. A raíz de
estos proyectos, ella tuvo la oportunidad de conocer al poeta Vicente Aleixandre
cuando visitó Tetuán en 1953, el cual le escribiría Carta marroquí, relatando las impresiones de su visita,
que fue publicada en el número 26 de Al-Motamid.
Trina Mercader con Vicente Aleixandre y Dora Bacaicoa en Tetuán en 1953
Trina no sólo se centró en la poesía, sino que fue mucho más allá,
interesándose también por la obra de escritores, pintores, dibujantes,
escultores, ensayistas, historiadores y arqueólogos que estudiaron y publicaron
sobre Marruecos. Así, una vez que tuvo lugar la independencia de Marruecos en
1956, Trina debió volver a España, como tantos otros españoles, y en 1958 pidió
el traslado a Granada, donde ejerció como jefa del archivo de la ciudad y entró
en contacto con el círculo poético de la misma.
Números de la colección Itimad. 1. El árbol de fuego, de Mohammad Sabbag, con versión de Trina Mercader (1954), disponible en la donación de Fernando de Ágreda con signatura AGR-1129. 2. Empezando la vida: memorias de una infancia en Marruecos (1914-1920), de Carmen Conde, presente en la donación de Fernando Valderrama, signatura VAL-427. 4. La escuela siro-americana, de Pedro Martínez Montávez, en la donación de Fernando de Ágreda, signatura AGR-768
En 1980, por mediación de Fernando de Ágreda, Trina Mercader fue invitada
por el Instituto Hispano-Árabe de Cultura a dar una conferencia en Madrid para
hablar de sus vivencias y publicaciones en el norte de África, que impartió
bajo el título de «Al-Motamid e Itimad: una experiencia de convivencia cultural
en Marruecos».
Trina, agotada por sus problemas de salud a causa de la enfermedad del lupus
que venía padeciendo desde hacía varios años, decidió ceder su archivo literario
a su amigo granadino Antonio Carvajal, quien, junto al suyo propio, lo depositó
en la Fundación Jorge Guillén, con sede en Valladolid, para su custodia,
archivo y catalogación. Tras fallecer en abril de 1984, quedó el legado de una
mujer que nunca demandó elogios o fama por su labor cultural ni por su
trabajo y empeño en dar a conocer la poesía hispano-marroquí, pero,
afortunadamente, hubo y sigue habiendo personas y entidades que han sabido
reconocer su valía y su impagable aportación a la cultura lírica de nuestro
país y de nuestro vecino Marruecos.
A la izquierda, Trina Mercader y Fernando de Ágreda en Madrid en 1980. En el centro, número 26/27 de la revista Dos orillas en homenaje a Trina Mercader, retratada para la cubierta por Mohamed Serghini (Tetuán, 1950). A la derecha, Una estética de la alteridad: la obra de Trina Mercader, de Sonia Fernández, que reivindica esta figura olvidada
Así, Trina ha sido homenajeada en distintos ámbitos, como en el
Instituto Cervantes de Casablanca de la mano de Fernando de Ágreda, y en otras
ciudades marroquíes en 2003 o, más recientemente, en la revista intercultural Dos orillas,
dirigida por Paloma Fernández Gomá, donde se encuentra un monográfico publicado
en su honor en 2021. Sin duda alguna, uno de los estudios más completos que se
han hecho sobre la obra de Trina es el publicado en 2006 en la UNED por la
profesora Sonia Fernández Hoyos, con el título Una estética de la alteridad: la obra de Trina Mercader.
Trina fue valorada y respetada por otros grandes poetas españoles de su
época, sus amigos y su familia, y sólo falta que se recuerde a nivel nacional
su aportación al mundo de la poesía, así como su incansable trabajo para
acercar las costas africana y española a través de la poesía y por el legado
que nos dejó. Trina se lo merece y hoy, cuarenta años después de su muerte, aún
estamos a tiempo de hacerlo. No dejemos pasar el tren del recuerdo otros
cuarenta años más sin que versos como éstos vean la luz:
Morir
es un pretexto para verte.
Que si
vivo muriendo de manera latente,
por de
dentro y por de fuera,
me muero a voluntad, por conocerte.
Trabajo sobre Trina Mercader publicado en el blog
oficial de la Biblioteca Islámica "Félix María Pareja" de la
Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo
(AECID) del Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación.
José
Miguel Toro Carrasco
Torrevieja,
18 de agosto de 2024