Revista Cultural Digital
ISSN: 1885-4524
Número
71 – Verano 2023
Asociación Cultural Ars Creatio – Torrevieja

El cazador cazado
Primer Premio del Club de Lectura “La garrapata budista”, 2023
Verás cómo mi escopeta,/ que carga pólvora blanca/ y es de marca Sarasqueta,/ al correr por la barranca/ la vida al conejo arranca/ y le da una voltereta. W. Estremera.
Queridos Reyes Magos: Últimamente los conejos que trae mi papá colgados de la canana no huelen a monte. Y ya nunca encontramos un perdigón olvidado en la carne tierna. El domingo, cuando papá volvía del coto, lo vi bajar de un tiburón que conducía una señora rubia con gafas de sol. Por la noche mis papis se fueron al cine. Me quedé sola y con mucho cuidadito saqué su escopeta de la funda y vi que la harina, con la que yo había manchado la culata, seguía intacta. Así que hace un mes que no pega un tiro. Puede que haya perdido la puntería. Por eso quiero que me traigáis un cachorro de perdiguero o de podenco. No es para mí, de verdad. Es para que le ayude a cazar.
Postdata: Cuando se lo cuente todo a mamá se va a poner muy contenta. Y papá, aún más, seguro que va a dar volteretas de alegría.
La niña Chole
Muchos años después, frente a la pantalla del cinematógrafo, Ramón María habría de recordar la tarde aciaga en que conoció a la niña Chole. Aquellas imágenes marinas le evocaron sus años mozos, cuando viajó, rumbo a Méjico, a bordo de una fragata. Aprovechando la bonanza, Chole arrojaba reales por la borda, para deleitarse en la contemplación de los cuerpos semidesnudos de los marineros que intentaban recuperarlos buceando. Inopinadamente, la aleta de un tiburón se recortó en el horizonte. Excitada por el peligro, Chole tiró al mar un centén de oro. Sebastián, un gigante de ébano, fue a buscarlo sin pensárselo dos veces. Después, un temblor estremeció la superficie de las aguas y las profundidades vomitaron un borbotón sanguinolento. Chole musitó: «Para el más valiente» y arrojó un puñado de centenes al mar con un brillo diabólico en la mirada. Lo sé porque yo estaba allí, y vi también ese fulgor en los ojos de Valle.
Las bestias
Toda la ficción humana, escribió Borges, puede reducirse a cuatro historias: la defensa de una ciudad sitiada, el regreso del héroe, la búsqueda del objeto sagrado y el sacrificio de un Dios... Pues bien, señoras y señores, perdónenme el atrevimiento, pero yo añadiría una más: la lucha titánica del hombre contra la bestia. Es una hostilidad que hemos contemplado, a lo largo de la historia, en el arte, la literatura o el cine. El enemigo puede ser un dragón, una ballena blanca, un tiburón, un tigre... La batalla es feroz porque el héroe se enfrenta a sus propios demonios simbolizados en esos seres de pesadilla. Al final siempre se impone el valor, la astucia del combatiente, y el hombre se alza por encima de la bestia con un alarido que proclama la absoluta supremacía de nuestra especie... ¿Hay un médico en la sala? Me acaba de picar un mosquito y soy extremadamente alérgico. Estoy fatal... ¡Necesito una ambulancia!