Revista Cultural Digital
ISSN: 1885-4524
Número 69 – Invierno 2023
Asociación Cultural Ars Creatio – Torrevieja

 

Ars Creatio despide el año con uno de nuestros autores más celebrados

Angelina o el honor de un brigadier (o la actualidad del teatro de Jardiel)

En la noche del jueves 15 de diciembre de 2022, en un Teatro Municipal una vez más abarrotado de público, Ars Creatio asentó el brillante colofón a su programación del año que se despedía. El grupo de actores de la asociación y las entidades colaboradoras pusieron en escena la celebrada comedia Angelina o el honor de un brigadier (un drama en 1880).

Según cuenta en el prólogo su propio autor, Enrique Jardiel Poncela, al regreso de «una estancia de siete meses en Estados Unidos y un crucero de treinta y tres días por los Trópicos», quizá inspirado por la relectura de La dama de las camelias, entendió que «ciertos procedimientos dramáticos de ayer, ya en desuso, constituyen para los públicos de hoy, habituados a otros procedimientos dramáticos más sinceros, una fuente de regocijo». Aunque con ese hoy aludía Jardiel a la España en que su Angelina fue llevada a las tablas por primera vez, podríamos convenir en que, poco menos de un siglo después, y con mayor conocimiento de causa y derroteros transcurridos, sigue vigente tal suposición.

Como anécdota, y siempre según el mencionado prólogo, subrayamos que Jardiel —después de atender otros compromisos cinematográficos en Francia— empezó el 15 de enero a escribir el libreto, y que éste fue llevado a su primera lectura el 14 de febrero y fue estrenado el 2 de marzo. Aclaramos que, por supuesto, son fechas del mismo año, 1934. Ah, y además, en el ínterin, el tercer acto fue reescrito por completo. Nos maravillamos por cómo conseguirían, en tan poco tiempo, todo lo necesario para montar la obra. Por cierto, los primeros protagonistas, en el Infanta Isabel de Madrid, fueron dos grandes del teatro y del cine: José Isbert e Isabel Garcés. El éxito de la comedia la lanzó el año siguiente a Hollywood —adonde volvió Jardiel para continuar trabajando como guionista de cine, «el microbio más nocivo que puede encontrar en su camino un escritor verdadero»—, en una película dirigida por Louis King. Posteriormente, sería emitida en dos adaptaciones televisivas españolas (1964 y 1969), ambas dirigidas por Gustavo Pérez Puig; y reestrenada en teatro varias veces más.

Jardiel, un espíritu libre y un autor cuyo influjo recibirían otros destacados dramaturgos, entendió asimismo que los actos que pueden derivar en desastres en determinadas épocas, en otras son motivo de hilaridad. Quizá tanto él como sus predecesores y sus seguidores conocieran mejor que nadie la naturaleza humana, imbuida de una vanidad que sitúa en el pasado todo lo desechable y risible. En este caso, son evidentes los paralelismos con el universal Don Juan Tenorio y otros dramas similares de finales del XIX —padres de hijas robadas que toman las armas para reponer su honor, duelos a muerte inevitables, seres de ultratumba que aparecen en escena...—, así como con la parodia La venganza de don Mendo, estrenada dieciséis años antes (1918), en la que también se toman a guasa las tremendas consecuencias que acarreaban los devaneos amorosos y las conductas disipadas, y en general el relajo sobre las costumbres secularmente establecidas. De pluma ágil, afinada y afilada, Jardiel tampoco se priva de referencias históricas (en una acción desarrollada en 1880), más que interesantes para los estudiosos de la materia. Su fino humor obliga a los actores a vocalizar muy bien y a los espectadores a aguzar el oído para que no se pierda «ripio».

En la representación de Ars Creatio, los papeles protagonistas y la subsiguiente responsabilidad fueron asumidos por Javier Nieto (don Marcial, el atribulado y doblemente deshonrado brigadier) y Maira Egea (la indecisa Angelina). Siendo estos dos personajes los que aparecen en el título de la obra, también tuvieron su peso en la trama Carolina Martínez (Marcela, esposa y madre respectivamente de los anteriores, que no debe hablar por la cuenta que le trae), José Manuel Pedrero (el traidor, amante de madre y de hija a la vez, y al que no le da la gana morirse), Antonio Manuel Berná (Rodolfo, el poeta —o eso dice él— y novio), Juan Antonio López Jordán (el banquero, y por tanto hábil lanzador de monedas de curso legal) y Marisol Cos (Calixta, esposa del anterior en segundas nupcias y de amplios conocimientos vitales). Con el resto del elenco, hasta el número de diecisiete, y la ayuda siempre fundamental de los equipos técnicos —mención especial para el velocípedo—, proyecciones y sombras incluidas, el público tuvo la ocasión de revisar (el veterano) o descubrir (el novel) un teatro que nunca pasará de moda. Porque lo que en él se cuenta, al margen de los modos en que se resuelve o no —como corresponde a una parodia que se precie, trocando angustia por hilaridad—, ocurre en todas las latitudes y en todos los siglos. Subrayemos asimismo la habanera («Una coqueta»), un guiño a nuestra seña de identidad local, mientras dejamos constancia de que, en efecto, la letra está incluida tal cual en el texto original. Como también el anuncio del «escándalo en el Congreso» por parte del vendedor de periódicos. Dos muestras de que hasta en los detalles, el teatro de Enrique Jardiel Poncela mantiene una indiscutible —y a veces rabiosa— actualidad.

Con este enorme esfuerzo, Ars Creatio cerró definitivamente el año 2022. Una vez más, tuvo que superar los inconvenientes de las incompatibilidades horarias laborales para los ensayos de un grupo aficionado. Pero con entusiasmo, unas agendas llenas de días y de horas, de páginas y de apartados, y la organización que facilitan la armonía y el compromiso —hasta el punto de vencer a la enfermedad— entre sus integrantes, volvió a demostrar que todo se consigue. En cuanto al año próximo, Dios dirá lo que nos tiene reservado. De momento, deseémoslo feliz y próspero para todos. Seguro que el eximio vate Rodolfo —como está el mundo hoy, no es descartable que reciba algún premio importante— le dedicaría unos versos semejantes ante el arrobamiento de su amada:

Mi mayor deseo es

amor para el veintitrés,

y que si eso, después,

en un mes y en otro mes

no perdamos interés

aunque pasemos estrés

de la cabeza a los pies.

Fotografías: Joaquín Carrión

Angelina o el honor de un brigadier (Enrique Jardiel Poncela)

 

Personajes

Presentador: José Miguel Toro Carrasco

Angelina: Maira Egea Atencio

Marcela: Carolina Martínez López

Doña Calixta: Marisol Cos Delgado

Luisa: Amparo Moreno Viudes

Carlota: Vivien Gajdos

Don Marcial: Javier Nieto Roca

Germán: José Manuel Pedrero Cánovas

Don Justo: Juan Antonio López Jordán

Rodolfo: Antonio Manuel Berná Ortigosa

Federico: Jagoba Sánchez García

Don Elías: Alejandro Blanco Vega

Un criado: Enrique Fernández Valdés

Un sacristán: Germán Gutiérrez Gómez

El padre de don Marcial: Antonio Sala Buades

La madre de don Marcial: Paqui Delgado Cano

Un vendedor de periódicos: Francisco Cruz Vega

Sombras: Jagoba Sánchez García, Amparo Moreno Viudes y Francisco Cruz Vega.


Equipo técnico, decorados y atrezo

Emma Pérez Beviá, Antonio Ruiz Hurtado, María Luisa Molina Gallego, Marisol Cos Delgado y José Miguel Toro Carrasco


Cartel

María del Carmen García Nieto


Vestuario

Ars Creatio y Conchita Mercader Valdés


Maquillaje

Paqui Delgado Cano


Dirección

Josefina Nieto Gómez y Eliseo Pérez Gracia


Colaboraciones especiales

Peluquería Rasgos, Unisex-Hairdresser y Sociedad Cultural Casino de Torrevieja