Revista Cultural Digital
ISSN: 1885-4524
Número 56 – Otoño 2019
Asociación Cultural Ars Creatio – Torrevieja

 

¿Qué no daría uno por asistir a momentos de nuestra historia que están en la memoria colectiva del mundo entero?

La marcha de Aníbal hacia Roma es uno de esos momentos que aún hoy despiertan la admiración de cuantos la descubren.

¿Qué llevaría a estos hombres a acompañar a un hombre como Aníbal hasta las mismas puertas de Roma, a luchar a su lado durante quince años? ¿Qué palabras tendría el Estratega para seducir a sus hombres y conminarlos a enfrentar semejante hazaña?

En Cartagena, cada año, el último jueves de septiembre, tenemos la oportunidad de asistir a ese momento. Y siempre suben las pulsaciones, se eriza la piel y un hormigueo recorre nuestro espinazo mientras esperas la arenga del General.

Este Año XXX de Carthagineses y Romanos, cuando los cuernos empezaban a sonar y los elefantes barritaban dando inicio a la marcha, Aníbal dijo:


¡Amigos!

Aquí y ahora daremos el primer paso de una marcha que nunca se detendrá, pues nuestros pasos habrán de conducirnos a la Eternidad.

Decimos adiós a un día viendo morir los rayos del sol, pero seguros de que mañana volverán a levantarse de nuevo. Por eso yo os digo que este día que teméis como el último de vuestra vida, este día es el de vuestro nacimiento a la Eternidad.

El tiempo es el ritmo cadencioso de un timbal. Oíd cómo con cada golpe nuestra marcha da comienzo, con cada golpe los hombres marcan el paso, con cada golpe los elefantes abren camino, con cada golpe se levanta la tropa más gloriosa que jamás hayan visto hombres o dioses. Pero si me seguís ahora, ya nada importará el tiempo.

Aquí y ahora daremos el primer paso de una marcha que asombrará al mundo, no habrá ríos tan profundos que no podamos vadear, no habrá montañas tan altas que no podamos cruzar, no habrá enemigo que no podamos derrotar y no habrá miedo alguno que juntos no podamos superar, porque, amigos, hoy vuestras almas están llamando a las puertas de la Gloria.

Decimos adiós a un día viendo brillar la luna, seguros de que alguna noche la acompañaremos, pues nuestro sitio está allí, junto a los héroes. Por eso yo os digo que antes de que cinco lunas resplandezcan estaremos a las puertas de Roma.

Ése es nuestro destino.

Roma ha vestido su perfidia en los pliegues de la túnica de Fabio. Roma pretende ahora vengar la caída de Sagunto a la que abandonó a su suerte.

Roma siempre vestirá su perfidia con mentiras, con engaños, con bonitos discursos, con vísceras esparcidas sobre un altar, con niñas inocentes sembradas de cizaña…

Por eso yo os digo que no hay placer en abrir con mi espada la carne de mis enemigos. No hay placer en romper con mi escudo los huesos de mis enemigos. No hay placer en sembrar de cadáveres el campo de la batalla...

El placer reside en amar.

Amo esta tierra, amo este mar que nos une a la Kart-Hadast de mis ancestros, amo las gentes que en ella habéis nacido y crecido, os amo como sois, salvajes a veces, duros, ásperos, fuertes... ¡Libres!

Amo a Himilce…

Y porque he aprendido a amar, he aprendido a luchar.

Porque no quiero ver cómo nuestros hijos son pasados bajo el yugo, he aprendido a luchar. Porque no quiero que la verdad sea el privilegio de unos pocos, he aprendido a luchar. Porque nadie nos va a regalar la Eternidad, he aprendido a luchar.

Aquí y ahora daremos el primer paso de una marcha en la que nuestra fuerza nos hará derrotar al enemigo, nuestra astucia nos permitirá vencer los monstruos que nos habitan y nuestra lucha nos hará merecer la Inmortalidad.

Decimos adiós a un día viendo un mañana mejor, seguro de que nuestra lucha hoy será el sueño de cuantos en el transcurso de la historia se opongan a la tiranía. Por eso yo os digo que este ejército de hombres libres diciendo adiós a todo cuanto aman para poder seguir amando, este ejército, amigos, es invencible.

El tiempo es el ritmo cadencioso de un timbal. Él marca nuestros pasos en esta vida... Con cada golpe vamos creciendo, con cada golpe vamos aprendiendo, y con cada golpe vamos muriendo poco a poco. Pero si me seguís ahora, seremos dueños de nuestro tiempo.

Si me seguís ahora…

¡¡Marcharemos!! ¡¡Lucharemos!! ¡¡Venceremos!!

Y si no… ¿A quién le importa?

¡¡Íberos!! ¡¡Carthagineses!!

¡¡Roma no nos espera!!

¡¡Nuestra es la Eternidad!!

 

Música original de Alejandro Hernández Nieto, compuesta para la arenga:

https://m.soundcloud.com/alejandro-hern-ndez-nieto/the-anibals-eternity

 

Fotos: Pedro J. Pérez Murillo y Javier Lorente