Revista Cultural Digital
ISSN: 1885-4524
Número
7 – Verano 2007
Asociación Cultural Ars Creatio – Torrevieja

En el decorado de madera, la sensual Laura se desnudaba a los ojos de las cámaras. Era su primer desnudo, y no le importaba hacer un integral. Jorge, el productor, la miraba con ojos inquietos; no era la primera vez que observaba en alguna de sus películas a una chica desnuda, pero este desnudo lo estaba marcando.
Cuando el director gritaba «¡acción!», Laura, que se encontraba en una habitación, comenzaba a quitarse muy lentamente un vestido amarillo pálido, dejando al descubierto una fina y sensual lencería de color negro, con unas medias transparentes y unas braguitas de encaje que le dejaban ver muy tímidamente unas ingles muy bien cuidadas. Su pecho estaba cubierto con un ligero sujetador que se quitaba muy lánguidamente mientras se miraba a un espejo. Todos los del rodaje estaban boquiabiertos. Esta nueva actriz estaba consiguiendo el «efecto Rita Hayworth» por su manera tan especial de quitarse la ropa; lo hacía entre lo tímido y vicioso.
Jorge la miraba muy desesperadamente, no le quitaba ojo a esta chica que hacía su primera aparición en un gran metraje. Le estaba causando escalofríos, tenía sus ojos clavados en la esbelta y erótica figura. Laura seguía poco a poco desnudándose. El director, con una expresión de afán y mordiéndose las uñas, no quería gritar «¡corten!»; estaba siendo espectacular. Los ojos y el rostro de Jorge eran un autentico poema, estaba desencajado.
Cuando el director gritó «¡corten!», una auxiliar tapó el cuerpo desnudo de Laura. El director se le acercó y le dio un beso de felicitación por la maravilla de escena que había interpretado. Jorge no le quitaba ojo desde la lejanía, y la joven actriz lo miró y se marchó a su camerino para vestirse.
Jorge decidió esperarla en la puerta del camerino, mientras el resto del equipo de producción recogía todo el material para irse a rodar a otro escenario. A nuestro productor, impaciente, la espera se le estaba haciendo tremendamente larga. Por fin la puerta del camerino se abrió. Jorge miró a la joven actriz y le dijo: «Felicidades, te ha salido una escena magnífica». Laura le dio las gracias con una sonrisa muy tímida, al mismo tiempo que el productor le decía: «Laura, no te entretengas mucho a la salida, que ya sabes que hemos quedado con mamá para celebrar el primer largometraje de nuestra pequeña». Ella respondió: «Vale, papá, no me entretendré».