Revista Cultural Digital
ISSN: 1885-4524
Número 50 – Primavera 2018
Asociación Cultural Ars Creatio – Torrevieja

 

Al hablar del puerto Norte de La Mata, nos estamos refiriendo al que se encuentra al norte de la torrecilla del fiel (año 1764) del antiguo cargador de La Mata.

Veamos algunos aspectos de su estado a través del tiempo.

En el plano del proyecto de obras en la laguna de La Mata del año 1795, cuyo autor es Manuel de la Ballina (figura 1), se enumeran diferentes obras de mejora de dichas salinas; en este plano se contempla, marcado con la letra M, el puerto que se está construyendo en ese lugar. Se estaba realizando en la parte Norte de La Mata, aprovechando un saliente de lajas de piedra tosca, donde se encuentra el Estasio, o en lo que algunos mapas antiguos marcan como Isla Pardal.


 

Figura 1. Plano de Miguel de la Ballina, año 1795, A. G. Simancas.

 

Antonio José de Cavanilles, en su libro Observaciones del Reino de Valencia (figura 2), nos dice: «La sal de estas salinas se prefiere a cuantas se conocen, por exceder a todas en virtud de preservar de la corrupción las carnes y pescados. Si alguna otra carne salada con otra sal empieza a corromperse, se ataja el daño, y se conservan lavándolas bien con agua dulce y salándolas de nuevo con sal de La Mata. Para que los barcos pudieran cargarse con alguna comodidad se construyó, 24 años hace, un corto embarcadero que en breve segaron las arenas; porque el director de aquella obra o conocía mal lo bravo de la costa, o no pudo hacer los gastos que pedía lo importante y útil de la obra... Noté que los sillares empleados en la obra eran de una cantera situada en las cercanías del mar del nivel con la arena, y que la piedra se componía de fragmentos menudos de conchas de varias especies, unidos por un gluten y porción de menudas arenas: también observé en el interior de los sillares camas enteras de las especies que actualmente viven en aquel mar, y en general poca dureza en la piedra, bien que me aseguraron se endurecían después de empleadas ¿Pero sucederá lo mismo cuando las obras deben quedar en contacto con las olas, y expuestas a la furia del mar?».


 

Figura 2. Antonio José de Cavanilles, 1745-1804.

 

Cavanilles nos está hablando del mismo muelle al que hace referencia también Manuel de la Ballina, y que nunca llegó a terminarse, pues en 1803 la administración de la Real Hacienda se trasladó a Torrevieja. La forma de este muelle termina en cola de milano, que podemos comprobar por la cimentación existente todavía.

Este muelle al que se refiere Cavanilles, y también Manuel de la Ballina, es el puerto Norte, cruzado por el canal de alimentación de la laguna de La Mata. (1926, proyecto José María Rubio).

Cuando Cavanilles escribe sobre el embarcadero arenado hacía 24 años, se está refiriendo al de la era a los pies de la torre del fiel.

En 1692, tras los numerosos destrozos que venía sufriendo —era de caballetes de madera y los embates del mar lo destruían con frecuencia—, se presentaron tres proyectos: dos de piedra y uno de madera. Los dos primeros, por cantidades de 2800 y 3000 libras, más 40 el primero y 100 el segundo, por el mantenimiento durante cuatro años. Estos dos presupuestos fueron presentados por José Terol y Vicente Soler. Ambos insistieron en la necesidad de construirlos de piedra por su mayor resistencia y durabilidad, de ahí el mayor coste, del presentado por Jaime Just por 300 libras para su construcción, y que consistía en un puente cargador de madera, recibiendo de su majestad madera nueva y vieja de las salinas, más 100 libras anuales para la conservación de este muelle durante ocho años. Tal era la diferencia que fue Jaime Just quien consiguió el contrato de la obra (figura 3).

 

 

Figura 3. Muelle del Cargador, de Jaime Just 1692. A. C. Aragón.

 

Fue en 1773 cuando se realizó de obra de cantería. El erudito botánico Antonio José de Cavanilles, en su visita a La Mata (1792-1793), nos dice que «se construyó, 24 años hace, un corto embarcadero que en breve segaron las arenas».

En la fotografía de Francisco Figueras Pacheco (Geografía general del Reino de Valencia, año 1916), se aprecia la forma de su construcción, pero también el gran deterioro que sufría tras más de un siglo de abandono, tras la marcha de la Hacienda y el embarque de sales, en 1803, al nuevo embarcadero de las eras de la sal de Torrevieja, por sus mejores condiciones de ancoraje, capacidad de carga y protección de los vientos. (Joseph Branly, año 1775).

La figura 4 es una recreación del primer levantamiento en planta de los cimientos en línea, rellenados después con tierra, zahorra y piedras. Parte de estos muros fue destruida en 1926, al construir y cruzar éstos el canal de alimentación de la laguna de La Mata. Cuando se hizo, se aprovecharon los restos del antiguo muelle para adentrar en el mar el canal de alimentación y que éste no se arenase. Después de colocar dos sencillas esclusas de madera en el antiguo muro, construyeron una escollera en curva hacia la derecha, para evitar la entrada de arena o algas, o que se rompiesen las compuertas en época de temporales.

 

 

Figura 4. Recreación de Rafael Torres.

 

Estos últimos datos se reflejan en la Memoria de recuperación de las salinas de La Mata, de 1925, de José María Rubio (figura 5).

 

 

Figura 5. Memoria de José María Rubio, 1925. Ministerio de Hacienda.

 

De este mismo muelle nos dice Cavanilles: «En 1792 se empezó otra, reducida a un muelle que debe entrar en el mar cuanto se necesite para que los barcos se carguen con facilidad: ya en agosto de dicho año vi construidas muchas varas de un ancho y sólido camino que entra mar adentro, y empezada la era o espacio más capaz, donde debe acopiarse la sal para extraerse: el muelle seguirá adelante internándose más y más en el mar».

Se aprecia en el mapa de Manuel de la Ballina el espigón de atraque que no llegó a construirse, el cual debería adentrarse en el mar entre 25 y 30 metros. En dicho plano podemos identificar los dos muelles reflejados con la L, cargadorde la torrecilla, y con la M, muelle Norte.

Según la investigación de los restos del muelle Norte, hemos marcado los diferentes muros encontrados en diferentes colores (figura 6).

 

 

Figura 6. Recreación de Rafael Torres.


Hemos superpuesto, sobre una fotografía de 1973, un desglose en colores de los restos y muros para explicar los diferentes proyectos y actuaciones llevadas a cabo en el que llamamos en este trabajo «Puerto Norte de La Mata».

Con el color morado hemos remarcado lo que pensamos sería el fondeadero romano. Hemos elegido este lugar por las imágenes que se pueden apreciar en diferentes fotografías aéreas, entre ellas las de Julio Ruiz de Alda (1929-1930).

Con el color verde, los muros del proyecto de Manuel de la Ballina (año 1795). Este muelle, en forma de cola de milano, no llegó a terminarse. Parece que para la construcción creó departamentos estancos con muros que posteriormente rellenó con zahorras y arcillas rosas de la zona.

En rojo, el proyecto de mejoras de las salinas de La Mata, de José María Rubio (año 1925). Uno de los trabajos consistía en hacer un canal de alimentación de la laguna. Para dicha obra tuvo que cortar los anteriores muros del anterior proyecto de De la Ballina, para dar entrada a las aguas del mar por decantación, dado que la laguna se encuentra por debajo del nivel del mar más de dos metros. En la gola o boca del nuevo canal se construyó una escollera frente a ésta, para evitar así su obstrucción por arenamiento. También situó dos compuertas y unió las dos lagunas mediante un canal y túnel por debajo de la carretera Torrevieja-Crevillente, así como una estación de bombeo, excavados todos estos trabajos a pico y pala, ayudados por tiros de mulas (figuras 7 y 8).

 

 

 

Figuras 7 y 8. Fotos Archivo de Torrevieja.


El color blanco muestra el espacio dedicado al alfolí o salero que todavía se puede apreciar en la actualidad.

El fotógrafo Julio Ruiz de Alda (figura 9) acompañó a Ramón Franco en su gran hazaña de cruzar el Atlántico Sur en el hidroavión Plus Ultra, un proyecto de más de 10.000 Km, entre Palos de la Frontera (Huelva) y Argentina. El viaje del Plus Ultra (22-1-1926) le dio gran fama  entre la población. Recibió el título de piloto en la Escuela Aérea de Getafe. Crea la Compañía Española de Trabajos Fotogramétricos (CETEFA).

 

 

Figura 9. Julio Ruiz de Alda, 1897-1936.

 

Fue contratado por la Confederación Hidrográfica del Segura, para fotografiar toda la cuenca, en un vuelo aéreo. El resultado es extraordinario e indispensable para cuantos trabajos de investigación se quieran llevar a cabo, arqueológicos, geográficos o de cualquier otro estudio. Dicho trabajo se encontraba en el archivo de la Confederación, en el que tuve el privilegio de trabajar, tras la invitación de su presidente en aquellos momentos, Antonio Nieto Gober. Hoy este archivo fotográfico es propiedad de Patrimonio Nacional.


 

Figura 10. Foto Julio Ruiz de Alda, 1929-1930.

 

Este aviador tuvo una plaza en Torrevieja que llevó su nombre. Más tarde se cambió por el de paseo de las Delicias. Posteriormente, por el de plaza de Waldo Calero.

Esta foto en concreto, siendo de las más antiguas, y de mala calidad, es de gran valor, no sólo para este trabajo sino para cualquier investigación del entorno arqueológico. En ella podemos apreciar las actuaciones de los años 1795 de M. de la Ballina y J. M. Rubio, y el posible fondeadero romano.

Actualmente, la zona del puerto Norte de La Mata se encuentra muy deteriorada, tanto por el continuo castigo del mar, como las diferentes agresiones sufridas por la mano del hombre, al ser utilizado este muelle como cantera de numerosos inmuebles y plazas. Pese a haberse realizado varias obras, éstas, en un intento de restauración, al ser de poco calado y mala dirección, no consiguieron los objetivos de restauración, pues en breve tiempo el mar las destruyó.

Llevamos años oyendo hablar del puerto romano de La Mata; arqueólogos, escritores, recreaciones más o menos logradas, pero sin ningún rigor científico o arqueológico, lo sitúan en las ruinas del muelle Norte de La Mata, donde se construyó el canal de alimentación de la laguna. Yo mismo he llevado a cabo varias recreaciones, sin ser afirmaciones reales (figura 11). Las he hecho tras observar, a fondo, cimientos y materiales, tratando de encajar todas las piezas de este puzzle a falta de un estudio riguroso sobre este tema, intentando despejar errores que nos puedan conducir a la verdad.

 

 

Figura 11. Recreación de Rafael Torres.

 

A continuación del alfolí, a la derecha de éste, corriendo al mismo nivel del agua del mar, se marcan los cimientos que formaban la parte derecha de la cola de milano, del proyecto de M. de la Ballina (1795). Son estos bloques de sillería los que todos dicen, sin mayores pruebas, que conforman el puerto romano (figura 12-A).


 

Figura 12-A. Foto Rafael Torres.

 

En la figura 12-B, vemos la foto de los cimientos de la muralla de la antigua batería existente entre la oficina de turismo y la puerta de entrada a las Eras de la Sal de Torrevieja. Podemos comprobar que ambas filas de sillares, los de La Mata y éstos de la entrada de las eras de Torrevieja, son del mismo estilo y época. Ambas construcciones  no son más que la base de arranque para los muros de mampostería.


 

Figura 12-B. Foto Rafael Torres.

 

Los sillares romanos presentaban una forma muy característica, que consistía en el rebaje de los ángulos rectos, en su cara vista, dejando una pequeña meseta central.

En el plano de Esteban Panón, año 1752 (figura 13), de las salinas de La Mata, podemos ver las mejoras propuestas por éste para dichas salinas. Unión de las dos lagunas con un canal navegable para el transporte en barcas de las sales extraídas, para abaratar costes de transporte, con un muelle de madera en la parte interior junto a la era. Marcado éste en el plano con la letra L, cargador de la era O, el cortijo y la torre de las salinas y ermita M, mojones G, con la V el pozo, la horca con la X, y junto al mar, dibujado un gran lentisco, con el nombre de La Mata.

 

 

Figura 13. Mapa de Esteban Panón, 1752. Centro Geográfico del Ejército.


¿Sería alguno de estos dos lugares, la horca o el lentisco, quien daría nombre a La Mata, el primero por lugar donde matar, y el segundo por mata (de planta)?

A la izquierda del plano, y al norte del cargador de la era, en la orilla de la costa, se puede observar un saliente, conocido como el Estasio o Isla Pardal, libre de cualquier construcción o ruinas. De existir en este lugar algún elemento de construcción, Panón lo hubiese reseñado, como todos los lugares anteriores así lo fueron.

Con el mapa de Panón del año 1752, se aprecia que no fue hasta años posteriores cuando se empezaron a realizar obras en ese lugar. Diremos que, exceptuado el amojonamiento, ninguno de los proyectos presentados por Panón se llevó a cabo.

Fue este mismo saliente de loza tosca y libre de arenas el lugar elegido por Manuel de la Ballina para construir su muelle. José María Rubio construyó el canal de alimentación de la laguna de La Mata (año 1925) en este mismo lugar por las condiciones que ofrecía, libre de las arenas, las cuales podrían segar el canal de entrada, como ocurría en el pasado con la gola del acequión de Torrevieja.

Las obras de este muelle, puerto Norte de La Mata, fueron las que A. J. de Cavanilles vio construir y nombra en sus Observaciones del Reino de Valencia (1792-1795). Este muelle debió empezar a construirse por los problemas de arenamiento y continuadas destrucciones que, por culpa de los temporales, venía sufriendo el embarcadero de la era de La Mata, junto a la torrecilla, y no al contrario, como se cita en otras publicaciones.

Dicho lugar pudo servir de abrigo y fondeadero romano —como hemos expuesto en la recreación de la figura 11—, a la espera de poder cargar los productos, esparto, sal, salazones o el famoso garum (salsa hecha con despojos de pescado, en especial de caballa, macerado todo con especias y sal), un manjar para los romanos, que no debía fallar en sus mesas; dicha materia procedería de la factoría existente al norte de las salinas de La Mata (figura 14), como así lo demuestran los diferentes restos de cerámica romana en este lugar.

 

 

 Figura 14. Factoría romana de salazones. Montaje de Rafael Torres.

 

Canteras de la costa de La Mata y Torrevieja

Analizando el texto de A. J. de Cavanilles en sus Observaciones del Reino de Valencia, en lo referente al lugar de extracción de los sillares para la construcción del muelle, éstos eran extraídos de un lugar en la misma línea de costa, como le comentaron los obreros. Aprovechando uno de los temporales de los años noventa, me dispuse a recorrer la playa de La Mata, tratando de encontrar algo en relación con el tema. Por los duros temporales, la playa se había quedado sin arena, arrastrada por el mar. Tuve suerte y pude confirmar lo dicho por aquellos obreros al  botánico Cavanilles: casi toda la playa era una cantera.

Hace más de cuarenta años, en una visita a la playa de La Mata, pude observar una especie de muelle, embarcadero o plataforma, al principio de la playa del lado del cabo Cerver. En otro de mis paseos por aquel lugar, pude ver cómo una gran máquina tractor buldócer arrasaba aquella plataforma, arrimando los sillares, muy desgastados y erosionados, al margen de la carretera, que por aquel entonces se encontraba en obras. El trabajo de aquella máquina pesada no era otro que allanar las playas para el turismo. Esta máquina actuó en varios lugares más: playa de los Náufragos, hasta La Veleta —todavía hoy se pueden ver las marcas que dejaba con las rejas de su parte trasera—, y a los pies de la torre de La Mata. Los restos del embarcadero derruido y numerosos escombros de los desprendimientos de dicha torre impedían el paso de un lado a otro de la playa, dividiendo ésta en dos partes. Dicha maquinaria, que no el mar, fue la que acabó con parte del embarcadero y sillares de la torre.

Los restos, de los que conservo fotografías, fueron trasladados cerca de la plaza de toros de Torrevieja.

El panel montado sobre una imagen de Google Earth (figura 15) recrea la plataforma de carga y descarga de una cantera, con sus almacenes colocados en el lugar que documenté. Existían cimientos de éstos.

El motivo de decidirme por una plataforma de una cantera es el siguiente: la necesidad de un punto de carga y descarga exigía un sólido muelle para tal propósito. Existía tal cantidad de trabajos de cantería tanto en la playa de La Mata como en las faldas del cabo Cervera (cala del Caballo), y también en la cantera de los Trabajos, que necesariamente esta plataforma debía de ser el lugar elegido para su almacenamiento y transporte para librar las dunas. Se empezó a sacar la piedra para la construcción de la escollera de levante, posteriormente se trajo de Santa Pola. También en los acantilados al este de Torrevieja, u otros puntos como punta de Pilas y frente al actual cementerio, donde existían varias, de piedra arenisca de poca calidad.

Sacar las piedras por las dunas con carros resultaría muy fácil cargándolas en las barcas y transportándolas a los distintos lugares: La Mata, construcción de torres o muelles, Torrevieja, iglesia, salinas, eras de la sal, baluartes, muelles (muelle Mínguez), puentes, acequiones, etc.

 

 

Figura 15. Canteras. Recreación de Rafael Torres.

 

La primera imagen en ese panel es una vista de cómo se vería la torrecilla del embarcadero desde un tragaluz de la torre de las Salinas de La Mata, situada en el cortijo de la Real Hacienda.

En la segunda, si nos fijamos bien, podremos ver, junto al hoyo donde se anclaba la gavia, las marcas en forma de V de la dirección de giro de ésta, sencillas de manejar con juegos de cuerdas y poleas. Éstas podían levantar grandes pesos con ellas (fot. original playa de La Mata).

Las imágenes tres y cuatro corresponden a dos puntos distintos de extracción en la playa de La Mata, mediante zanjas, cuñas de hierro y madera. Los bloques serían de muy variados tamaños, se extraerían lo más grandes posible según la veta de corte, pudiendo ser seccionados después en el tamaño deseado.

Los cuatro sillares reflejados en esta foto, con sus zanjas excavadas pero sujetos todavía a la roca madre, de una medida de 1’50 m de largo por 80 cm de lado, pertenecen a la cantera de los Trabajos, junto a la cueva de la Tía Roqueta. En este mismo lugar encontré un embarcadero con el mismo sistema de gavias, por las marcas de hoyos en el suelo y varios noráis para sujetar las barcas o gabarras a dicho embarcadero.

Siguiendo con el panel número 15, sobre tapiz rojo, varias monedas que demuestran la actividad y el tránsito de personas por este lugar. La mayoría son maravedíes repujados (siglo XVII), y monedas de vellón (siglo XVI).

Las dos imágenes restantes sirven para demostrar lo anteriormente narrado. En blanco y negro, foto de los años 60, Antonio Conesa jugando al fútbol con suecos, a los pies de su colonia en la playa de La Mata. Al fondo, marcadas con una flecha roja, las referidas rocas, que, erosionadas y cubiertas de arena, formaban esa plataforma. En esta imagen de una postal de los años 70, se puede apreciar parte de esas rocas.


Resumen

Por todo lo expuesto, hemos intentado identificar constructores y fechas diferenciando el puerto Norte del muelle Cargador de la torrecilla.

Esperamos que el presente trabajo sirva para dar a conocer y ayudar a conservar y restaurar  estos lugares de la mano de expertos y profesionales. Los estudios que se llevaran a cabo podrían servir para la creación de algún centro de interpretación, mejorando el entorno de La Mata y el fomento del turismo cultural.

Sirva este mi pequeño grano de arena para crear una gran duna de conocimiento.