Revista Cultural Digital
ISSN: 1885-4524
Número
48 – Otoño 2017
Asociación Cultural Ars Creatio – Torrevieja

A las ocho de la noche del viernes, 29 de septiembre de 2017, dio comienzo en la Sociedad Cultural Casino el IX Ciclo de Conferencias “Torrevieja y el Mar”, que organiza cada año Ars Creatio para difundir y valorar diversos aspectos de nuestro litoral.
Presentó el acto la doctora María Luisa Molina Gallego, que agradeció al Casino su colaboración y ofreció una semblanza del que fue su profesor, Alfonso Ángel Ramos Esplá, catedrático de Biología Marina de la Universidad de Alicante y director científico del Centro de Investigación Marina de Santa Pola, en la actualidad inmerso en apasionantes proyectos. Trabaja en los campos de biodiversidad marina del Mediterráneo, el Atlántico, el Ártico y Antártico; en especies exóticas, en hábitats marinos (como roca litoral, Posidonia, coralígeno o maërl), en los impactos y su protección, participando en la protección de áreas marinas de España, Chipre, Argelia, Túnez, Israel y el Líbano, o en la colocación de arrecifes artificiales anti-arrastre en España, Chipre, y Túnez. Es autor de unas 150 publicaciones científicas y divulgativas. Colabora con las Directivas Marco del Agua y de la Estrategia Marina de la Unión Europea. Actualmente, participa en el proyecto europeo LIFE INTEMARES (el mayor proyecto de conservación marina en Europa, coordinado por el Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, que invertirá cerca de 50 millones de euros hasta el año 2024 con el compromiso internacional de proteger al menos el 10% de la superficie marina en 2020); en concreto, en el estudio de los cañones submarinos del Escarpe de Mazarrón y el seco de Palos. En este proyecto también participan como socios el Instituto Español de Oceanografía, la Confederación Española de Pesca, SEO/BirdLife y WWF-España.
El título es tan explícito como el propio contenido de la conferencia: «Nuestra Posidonia, la gran desconocida e incomprendida “alga”». Con un estilo directo y diáfano, Alfonso Ramos instruyó al público asistente sobre las propiedades de esta planta endémica del Mediterráneo —si bien desaparecida en algunas zonas orientales—, de importancia fundamental en el mantenimiento de las costas, aunque también, paradójicamente, «vituperada por los turistas». La Posidoniaoceanica, que debe su nombre al dios Poseidón, no es un alga, como sugiere el entrecomillado del título, sino una planta con raíces, tallo, hojas, flores y frutos. Como las ballenas, es una especie terrestre adaptada al medio marino. Relicta del mar de Tethys —desde hace 120 millones de años—, se quedó en el Mediterráneo cuando se aproximaron los dos grandes continentes de Laurasia y Gondwana. Vive desde la superficie hasta los 40 metros de la profundidad, límite al que llega la luz, imprescindible para la fotosíntesis. Entre sus peculiaridades, se encuentra la de crecer un centímetro al año. Por su contenido en silicio y taninos se usaba en la fabricación de redes, que eran imputrescibles. Forma bosques, habitualmente llamados «algueros», donde encuentran refugio un millar de especies marinas, algunas protegidas o de alto valor comercial. Los «algueros» producen gran cantidad de oxígeno, además de proteger la costa de la erosión por oleaje y dar estabilidad a las playas.
Dado su alto valor ecológico, está protegida por organismos nacionales e internacionales, como la Unión Europea. Gracias a ello se ha conseguido conservar praderas de Posidonia en los últimos años. Sin embargo, continúa amenazada por las obras costeras, el dragado de puertos, el anclaje inadecuado de embarcaciones, la pesca ilegal de arrastre o los vertidos de aguas residuales.
Entre los usos tradicionales o modernos, destacan el embalaje, la construcción (aislante de techos y paredes, por sus propiedades ignífugas), insecticida (evitando la proliferación de chinches en los colchones), ganadería y agricultura, como infusión y contra el bocio. Incluso se aplica en cosmética y como protector guardarraíles.
Alfonso Ramos desmintió la falsa imagen de suciedad que se cree en una playa con Posidonia. Al contrario, es síntoma de limpieza y garantía de las aguas del baño, como ya empieza a promocionarse en una región tan turística como Baleares. En nuestra provincia, se ha conseguido evitar la recogida de Posidonia en los meses de menor afluencia de visitantes (entre septiembre y marzo). En algunos lugares como Holanda, donde esta especie no crece, es sustituida con praderas de plástico, de propiedades similares.
Varios de los asistentes, muy interesados, hicieron preguntas al ponente, y reconocieron la importancia de este tipo de conferencias para difundir un bien de la humanidad como la Posidonia, que regenera y protege las playas de modo natural y gratuito.