Revista Cultural Digital
ISSN: 1885-4524
Número
46 – Primavera 2017
Asociación Cultural Ars Creatio – Torrevieja
En el taller de Escritura Creativa, la profesora nos propuso escribir sobre una costumbre, manía o afición y explicar su procedencia. Me decidí por una afición, más bien admiración.
A mediados de agosto solía comprar el diario Información de Alicante. En sus páginas centrales aparecían artíulos y fotografías de la Festa del Misteri d'Elx. Sentía yo desde siempre esa inclinación a saber qué ocurría con los cantores, los niños, la Consueta, el Araceli, la mangrana…
En el año 1992, nuestro querido cura Manolo, que residía en Elche, nos llevó para asistir al ensayo general, en el cual se representan las dos partes del Misteri: la Vespra y la Festa.
Lo primero que apareció en el andador fue un sacerdote que pronunció estas palabras: «Acaban de terminar las Olimpiadas en Barcelona, ahora comienza nuestra olimpiada».
Me gustaron sus palabras y me gustó la representación, aunque lo verdaderamente emocionante es estar presente en la basílica de Santa María el día 15 de agosto. No he estado nunca.
En cambio, tuve la suerte de que Canal Nou retransmitió en directo la representación, con una imagen y sonido perfectos, con toda suerte de explicaciones y con la asistencia de Jordi Savall. Dejé todo lo que estaba haciendo, me senté frente al televisor y disfruté. ¡Cómo disfruté!
Sabedores mis hijos de esta afición, me regalaron un CD con el contenido total del Misteri. Dicho CD refleja muy bien la realidad: introduce el pasacalle de la banda de música, las bellas tonalidades de las campanas interiores y exteriores de la basílica, los aplausos del supuesto público, que manifiesta su alegría por la Festa, y el disparo de cohetes que los acompañan.
Al escuchar el CD, cuando llega el momento final del Gloria, subo el volumen, abro las ventanas, miro al cielo y escucho las voces, el órgano, las campanas, los cohetes. Una maravilla.
El origen de mi interés por esta representación se forjó en mi infancia.
Yo era muy pequeña. Mi tía Elena trabajaba en Elche y venía cada fin de semana. Hablaba de muchas cosas: unas las entendía y otras no, pero entre sus palabras se pronunciaba Misteri, trabajo, compras, mangrana, amistades, basílica de Santa María, niños cantores... Y como ocurre que todo queda en la mente, conforme crecí afloraron estos recuerdos, y con ellos mi afición por la Festa.
Toda la belleza plástica de la liturgia cristiana y del teatro religioso parecen fundirse en la representación ilicitana.
Declarada por la UNESCO Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.
Todo el mérito de que esta representación de origen medieval haya llegado hasta nosotros se debe al trabajo, constancia, pero sobre todo amor por la Festa del pueblo de Elche.