Premio de poesía XII Certamen Literario de Iurreta

Corre, no desfallezcas, da alcance a tu destino
antes que el tiempo celoso se convierta en tu enemigo,
por el camino, sé altivo con los soberbios,
muéstrate humilde con los mendigos.
Aprende, el fracaso es un buen maestro,
no bajes la cabeza frente al azote de cómitres ni santos,
sé honesto, mantente fiel a tus principios,
no tomes atajos, condúcete con la rectitud de los sabios
sin mancillar la memoria de aquéllos que una vez te amaron.
Alza la copa dorada, brinda por el efímero presente
que en breve se fugará a hurtadillas del calendario,
mas no desdeñes el talento que atesoran tus huesos
erigiendo tu trono en la hedionda cumbre de un osario.
Ama aunque viajes en dirección al cadalso,
los amores inmarcesibles perduran inmaculados,
cruzan umbrales, sobreviven al pasado,
no guardes besos en las esquinas de tus labios,
derrocha caricias, que no se consuman en tus manos,
pisa fuerte a cada paso, declina libreas y entorchados,
actúa, la pasividad siempre favorece a los tiranos,
desoye consejos de ignaros que aseguran hablar con los astros,
escucha al sempiterno niño que conversa con tu anciano.
Sueña con un valle soleado más allá del último ocaso,
viejos camaradas te aguardan entre risas y cantos,
pero antes de la partida iza en tu almena tu pendón soberano,
relega al olvido los himnos de antiguos descalabros,
que en la tierra que ahora pisas, la que cobijará tus despojos,
de tus lágrimas derramadas brote entre abrojos
la imperecedera flor de un reparador mañana.