Este mucho vivir ya me conmina,
me hace humilde, me asombra, me alborota,
determina y aventa el desafío
de no cambiar más luz por lunas rotas.
Habitarme en tu aliento, cuerpo amigo,
es misterio y cadena al tiempo dadas,
y hoy te invito al silencio y al vacío
para intentar nacerme rebrotada.
Se ondularon las cuestas del sendero
por el que transité sobrecargada.
Fardo de paz, que nada quiero mío,
sedosa libertad apasionada. |
Ya no puedo perder lo que no tengo.
Tampoco hay quién se quede despojada.
Nacemos para amar y es tonto el lío
de pretender cargarse de bobadas.
Me libero, me esponjo y desembrido,
sin calibrar ayeres ni mañanas.
Yo soy todo, soy él, soy mi extravío,
inmensa nimiedad, punto en la nada.
|